domingo, 22 de marzo de 2015

LOS DESAFÍOS DE MACRI PARA CUMPLIR SU AMBICIÓN

AGENCIA / OPINIÓN 


 por ROSENDO FRAGA 

 CIUDAD DE MENDOZA (Los Andes). La proyección nacional de Mauricio Macri se desarrolla en base a dos ejes: uno político, que es presentarse como lo diferente a la política tradicional, y otro en torno de su eficacia de gestión.


Este último eje es, posiblemente, la verdadera clave de su proyección política nacional. El Metrobús de la Avenida 9 de Julio de la Ciudad de Buenos Aires, que agilizó el tránsito en la zona más transitada de la Ciudad y benefició a cientos de miles de pasajeros, ha sido su obra más simbólica.

Tanto es así que para julio, cuando se realice la elección de jefe de Gobierno porteño, inaugurará una obra similar, el Metrobús de la Avenida San Martín, que beneficiará a casi 100.000 personas. Esto ha sido lo central.

A ello suma que en el distrito se han perdido menos días de clase por paros docentes, a diferencia de lo que sucede con la mayoría de las provincias gobernadas por el oficialismo nacional. Las obras públicas son su punto fuerte; aparece como un gestor que hace.

 En materia de seguridad -la primera demanda de los porteños, como sucede en el resto del país- tiene una responsabilidad parcial, dado que la Policía Federal sigue teniendo la responsabilidad de dar seguridad a la mayor parte de la Ciudad.

Pero la Policía porteña que ha organizado tiene buena imagen en la población. En cuanto a los efectos de la economía nacional, y en particular la inflación, la población de la Ciudad responsabiliza de ellos al gobierno nacional, y resulta lógico.

 Pero más allá del marketing político, quizás no deba olvidar que estudios recientes en el mundo desarrollado muestran que los factores emotivos son relevantes al momento de decidir el voto. Que estar al frente de la Ciudad de Buenos Aires no es lo mismo que gobernar la Nación. Y que su gran desafío, si llega a la Presidencia, será gestar una gran coalición efectiva capaz de gobernar con eficacia y neutralizar la estructura de poder que deja el kirchnerismo.

 El resultado de la Convención del radicalismo aumenta las posibilidades de que Macri sea el opositor más votado en las elecciones presidenciales de octubre. Este partido carece de un candidato competitivo para la Presidencia, aunque en lo inmediato su titular (Sanz) intentará competir en las PASO con Macri y Carrió.

Pero tiene una estructura territorial de importancia, con presencia en 23 de las 24 legislaturas provinciales, aunque un solo gobernador (Corrientes). Su bancada de diputados nacionales no es muy relevante, con aproximadamente 40 legisladores. Pero sí es importante en Senadores, donde tiene cerca de un tercio de la Cámara.

 Por delante, queda por ver cómo procesa el sector derrotado la decisión que ha adoptado el partido y cómo se desarrollan las negociaciones entre la UCR y el Pro, tanto para definir listas comunes para legisladores nacionales, como el programa de gobierno común.

Macri, por su parte, ha fortalecido su posición política al sumar sucesivamente a Reutemann, Carrió y ahora a la UCR. La decisión de la Convención del radicalismo es una victoria del jefe de Gobierno porteño sobre Massa en la puja por constituirse en el candidato opositor más votado.

La cena de recaudación que realizó Macri puso en evidencia que hoy es el candidato preferido del empresariado, el que en 2014 parecía ver a Massa como la alternativa más eficaz para enfrentar al kirchnerismo.

 Para el oficialismo, la decisión del radicalismo es ambivalente. Complica la estrategia de que el candidato presidencial del FPV llegue a 40% y tenga 10 puntos de ventaja para ganar en la primera vuelta, ya que Macri hoy tendría posibilidades de superar 30% en octubre, siempre que logre mantener en orden a sus aliados y Massa no reaccione con eficacia frente a este traspié.

 Al mismo tiempo, le permite “polarizar” la elección contra un empresario que, en los hechos, es un candidato de centro-derecha e intentar reunificar así el voto peronista.

 Para el kirchnerismo es mejor competir con Macri que con Massa, que le disputó con éxito votos populares en la elección legislativa de 2013. Además, Cristina tiene más posibilidades de retener poder en el peronismo en el período 2015-2019 si el futuro presidente es Macri -quien seguramente se transformaría en el nuevo líder del PJ- que si lo es Massa.

 Queda planteada la alternativa de que si Scioli es finalmente el candidato a presidente del oficialismo y Massa queda relegado a un tercer lugar, se establezca una alianza entre ellos para la segunda vuelta, recomponiendo la unidad del peronismo.

 La Presidenta, mientras tanto, busca impulsar la candidatura alternativa de Randazzo y tratará de imponer una lista única para ambos de legisladores nacionales y del Mercosur. Ella y su hijo Máximo irán en las listas para ser legisladores en el próximo período, ya sea en el ámbito nacional o en el Parlasur.

 Pero cuando el proyecto de Macri se posiciona mejor en el ámbito nacional, surge una amenaza donde era menos esperada: su distrito y su propio partido.

Es que si el 27 de abril Gabriela Michetti gana la PASO para la candidatura del Pro a la Jefatura de Gobierno, ello implica la derrota del candidato apoyado por el líder del partido.

 Ello no afectará los votos de Macri para Presidente, pero sí puede generar dudas sobre su capacidad para armar la gran coalición que deberá gestar, articular y conducir para tener en el plano nacional una gestión de gobierno exitosa.

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