martes, 31 de enero de 2017

GRAN DEBATE 2017: VOTA EL BOLSILLO VS. MANTENER EL LABURO

DEBATE / INTENTANDO INSTALAR OPTIMISMO 



El santafesino José Manuel Corral y los dirigentes radicales que cenaron con Mauricio Macri en la Quinta de Olivos recibieron, como aperitivo del lomo con ensalada que les sirvieron en el chalet presidencial, una exposición sobre la marcha de la economía a cargo de los ministros de Hacienda, Nicolás Dujovne; y de Finanzas, Luis Caputo. 


Dentro del diseño de la estrategia electoral que inspiró la convocatoria de la plana mayor de la coalición oficialista Cambiemos, la defensa del modelo económico será uno de los pilares y así lo reconoció el jefe de la UCR en la conferencia de prensa nocturna previa a la despedida.

“A medida que avance el tiempo y el gobierno tenga más control de las herramientas, como el Presupuesto y otras, ello va a permitir que trimestralmente se vayan cumpliendo las metas que el equipo económico ha fijado”, se esperanzó.

A unas cuadras de la residencia, donde funciona la redacción amiga del diario gobierno, La Nación, casi simultáneamente se diagramaba la tapa de la edición en papel del día siguiente, cuyo título principal es: “Anticipan que la mejora de la economía se sentirá antes de las elecciones”.

 No se refería al diálogo de los funcionarios previa a la cena, sino al resultado de un relevamiento periodístico entre economistas, del que surgió que prevén un rebote liderado por la obra pública y el campo; leves alzas en el consumo y el empleo; y que la actividad crecerá entre 2% y 4%.

LA NACIÓN + EL CRONISTA + CLARÍN VS. DIARIO BAE + ÁMBITO FINANCIERO + PÁGINA/12

La nota central de la fecha del centenario matutino de los Saguier, en paralelo al input suministrado en Olivos a los socios de Cambiemos, son parte de un mismo plan de comunicación económica de buenas noticias, que Clarín inició la semana anterior con la “filtración” en la portada dominical del optimismo irradiado en el frente interno del equipo de gestión por un informe contenido en un monitor elaborado en la órbita del Ministerio de la Producción.

Difundir sensaciones y hablar de rumbo, como lo hizo Corral al cabo del encuentro nocturno, constituyen un punto de partida “de campaña” más marketinero que los números reales. Sin ir más lejos,

El Cronista Comercial, que ya no depende en lo editorial de Francisco de Narváez y es muy cercano a la Casa Rosada, a diferencia de su competencia directa, BAE Negocios y Ámbito Financiero, coincide con la 'bajada de línea' oficial en que este año la economía rebotará y crecerá entre 3% y 4% respecto del cierre de 2016, con una reactivación que sitúa en marzo o abril, pero apunta que “el consumo no repuntó en enero” y se proyecta “un estancamiento para lo que resta del año” porque “el salario real no se recuperará y eso le pondrá un freno”.

Además de tirarles flores a escenarios futuros, las respuestas concretas que brinda la gestión macrista en el día a día al estancamiento con inflación en que sumió a la economía kirchnerista no marchan en la misma dirección que tales pronósticos alentadores. La dupla Dujovne-Cabrera metió mano en Ahora 12 y lo desnaturalizó.

En vez de cuotas sin interés, tal como exitósamente (aunque no fuera tan así a causa del recargo en el precio) promocionaba el plan ideado por el kirchnerismo para fogonear el consumo, lo relanzan con un descuento en la tasa de interés respecto de lo que cobran las tarjetas de crédito: de un 40% y hasta un 47% la sitúan en 28%, que se va a 30% en el caso del Ahora 18.

 Los supermercados creen que esta decisión afectará las ventas porque los consumidores están habituados a este sistema de promociones. El Gobierno se la pasó toda la semana explicando que nunca existieron las "cuotas sin interés".

Sólo la prensa adicta recogió el mensaje. El cambio en Ahora 12 y 18 alivia en algo el costo fiscal implícito que se asumía a través del Banco Central, pero no colabora demasiado que digamos a la reticencia consumidora, que acarrea desde el año pasado 6 puntos de pérdida en el poder adquisitivo y se prepara para afrontar un 2017 en el que ya se vislumbra que las paritarias correrán de atrás a la inflación. Ese cálculo “macro” no pega a todos por igual.

Lo que Aranguren cobre más en las boletas de los servicios públicos y en los surtidores, lo que haya que pagar más en las casillas de los peajes, lo que recarguen las prepagas en las cuotas, la financiación del consumo a tasas superpositivas (inclusive para los Ahora...), toda es plata que faltará en los presupuestos familiares.

 El nuevo titular del Banco Nación, Javier González Fraga, fue brutalmente claro cuando calificó a 2017 como de inversión antes que de consumo, a lo que la consultora Scentia advierte que, en ese caso, el efecto en la calle recién podría llegar a sentirse hacia finales de año, luego de las elecciones, y según el tipo de inversión llegue.

Las inyecciones que recibirá la economía se empiezan a aplicar por el lado de la construcción, entre los desarrollos inmobiliarios privados en que derivará una parte del blanqueo y la obra pública, cuya palanca operativa comenzó a activar el ministro del Interior, Rogelio Frigerio.

El gobierno apuesta a que el diálogo con los trabajadores se irá enmarcando más en la preservación del empleo y en la generación de nuevos puestos, aunque de menor calidad, a nivel nacional por la ejecución de obras, que en torno del salario. Lo experimentó con el áspero gremio petrolero en Neuquén, acostumbrado al reparto de bonanzas en los sobres de sueldos y en ventajosos convenios que acortaban horarios y abrían oportunidades de más incorporaciones.

Hoy los empleados petroleros refunfuñan porque les diezman la billetera en la paritaria y llenan de imprecaciones al veterano líder sindical que les había conseguido de todo y ahora ataja como puede la sangría ocupacional del sector, Guillermo Pereyra.

El diario La Nación da por sentado que la economía crecerá este año, pero que su rebote -liderado por la obra pública y el sector agroexportador- será heterogéneo, “con moderados avances en el consumo y el empleo debido a las restricciones monetarias y fiscales que tiene el Gobierno, pero con un timing perfecto: el pico de expansión se sentirá antes de las elecciones legislativas de octubre”.

¿VOTA EL BOLSILLO O MANTENER EL LABURO?

Hay un interrogante que definirá el humor preelectoral: Sensación de que se gana menos pero hay trabajo (y el miedo a perderlo o a no conseguir otro de reemplazo) vs. Reclamo de más salario que resuelva un menor consumo.

Dante Sica, director de Abeceb, desglosó para La Nación las perspectivas industriales para este año: la siderurgia crecerá 11,5%, la construcción 10,1%, el sector automotor 5,1%, el agro 4,3%, los agroquímicos 5,4% y la carne bovina 3,8%. Pronostica, además, mejoras "promedio" del 3,6% en la producción de electrodomésticos y del 3,4% en papel, "gracias a la recuperación del consumo con presión importadora".

De la refinación del petróleo 3,1% y el sector de alimentos y bebidas 2,6%. Señala como "rezagados" a la petroquímica (+1,3%), los textiles (+0,5%), el petróleo (-2,6%) y la minería, que caerá 11,3%. La consultora Scentia, en la que apoya su reporte El Cronista Comercial, parte de la base de que como el salario real no mejorará, la evolución del consumo tampoco mostrará grandes novedades. Las proyecciones que envía a sus asesorados oscilan en 1% más/menos, según se lo ve a con el empuje que imprima la construcción desde marzo o lo que reste el ajuste poselectoral que avizora en Dujovne.

El resultado podría dar 0. Scentia tiene claro que continuará la tendencia negativa de los últimos 6 meses del año pasado. En enero, las ventas en unidades del total de canales (grandes cadenas + independientes) habían caído levemente (0,8%), pero en febrero habían subido 2,8%. Como el comportamiento bimestral se toma en base a una comparación inercial muy alta, el año se comenzará a definir en marzo o abril, estiman en la consultora.

Ni las cadenas de supermercados trasuntaron una recuperación del consumo en enero, sino que mantuvieron la tendencia declinante del año pasado. Los números muestran mermas de entre 8% y 11% en volumen (incluye bienes durables), dependiendo de cada cadena. Y eso ocurrió a pesar de que en los últimos meses de 2016 los salarios le ganaron a la inflación.

De acuerdo con la consultora que sirvió de fuente de información a El Cronista Comercial, el ticket promedio punta a punta había crecido 29% en 2016 (más de 10 puntos en rojo medido por inflación). Llegó a los $ 635 en las grandes superficies y a $ 125 en los comercios de cercanía. Y en materia de cantidad de transacciones, 2016 finalizó con un retroceso de 2,7%.

Los sectores que más cayeron fueron los de limpieza y hogar (-6,6%); bebidas con alcohol (-6,2%) y perecederos y fríos (-6,1%). La letra chica del artículo publicado por La Nación condiciona el optimismo del título de tapa.

Rodolfo Santangelo, director de la consultora Macroviews y ex socio de Carlos Melconián, advierte: "La política monetaria está muy dura, la tasa de interés dejó de bajar y así es difícil reactivar. Además, el tema paritario no está asegurado". El módico crecimiento del 3%, que menciona "con la cancha inclinada de la ventaja estadística", según recordó, contiene "un poquito de cada cosa: más consumo, inversiones públicas y privadas, exportaciones y mejora del salario".

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