martes, 13 de diciembre de 2011

INFORME DE SITUACIÓN

EN BUSCA DE LA DIVISA VERDE

La creciente importación energética, el difícil desafío de Moreno/Paglieri

El déficit de la balanza comercial del sector impulsa el achicamiento del balance general y condiciona el ingreso de dólares al país. La nueva secretaria de Comercio Exterior apunta a revertir la situación. ¿Pero cómo hacer eso cuando el principal importador de energía hoy es el Estado? 
CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24). Uno de los desafíos de la nueva gestión kirchnerista será el de aumentar la afluencia de dólares a las reservas del Banco Central.

El tema de la divisa estadounidense se ha vuelto uno de los más sensibles en los últimos tiempos, algo que quedó en evidencia tras la aplicación de medidas para controlar su compra.

En 2012, el Gobierno necesitará dólares para afrontar el pago de una buena parte de la deuda pública. Además, necesita que las arcas del Central engorden para que las "ganancias" del organismo sean mayores. Éstas luego pueden ser giradas al Tesoro.

Pero la sangría de dólares atenta contra estos objetivos. En noviembre la fuga alcanzó los US$2.655 millones, según un informe del BCRA. Disminuyen las reservas y, por lo tanto, disminuyen las ganancias.

Esa sangría también tiene otro costado: el deterioro de la balanza comercial. 2011 fue un año en el que esa ventana de ingreso de dólares sufrió una fuerte contracción respecto a los años anteriores. La merma se vio impulsada principalmente por el aumento de las importaciones energéticas.

Por esto mismo la presidente Cristina Fernández creó la secretaría de Comercio Exterior, que estará a cargo de Beatriz Paglieri, pero que supervisará el actual secretario de Comercio Interior, Guillermo Moreno.

Esta nueva dependencia también tendrá bajo su órbita el control de las compras de los distintos productos que conforman la canasta de energía importada: gas boliviano y GNL; combustibles líquidos; y electricidad.

El aumento de las importaciones energéticas se desenvuelve en un contexto de incremento del consumo y, al mismo tiempo, un achicamiento de la oferta interna. La producción de petróleo y gas cae año tras año. Por su parte, y si bien puede mostrar algún signo de crecimiento, la refinación de combustibles no acompaña el ritmo del consumo.

Las compras externas de gas se destinan al abastecimiento residencia e industrial, mientras que las de combustibles líquidos (fuel oil, gasoil) tiene como objetivo alimentar al parque termoeléctrico. Este sector hoy no puede disponer en su totalidad del gas que necesita para su normal funcionamiento.

Durante los 1ros 10 meses del año se gastaron US$8.083 millones, contra los US$5.152 millones de las exportaciones, según el Indec. El saldo es un rojo energético de US$2.900 millones, mostró el INdEC.

El año tendería a cerrar con un déficit para el rubro de alrededor de US$3.000 millones contra los casi US$2.000 millones de superávit de 2010 y los US$3.800 millones de 2009. El balance negativo de este año sería el 1ro en 2 décadas.

La frutilla del postre está en que la mayor parte de estas importaciones se solventa con dinero público. Las compras de gas boliviano y de GNL las paga el Estado a través de la estatal Enarsa. En tanto, las compras de combustibles líquidos se hacen a través de la Compañía Administradora del Mercado Mayorista Eléctrico (Cammesa).

Ahí es donde aparece la duda acerca de cuál será el rol de esta nueva secretaría. Si el principal importador es el Estado ¿Moreno lo presionará, al Estado, para que deje de importar?

Si el Gobierno quiere ahorrar dólares, bien haría en fomentar la oferta interna de energía para achicar importaciones. Al mismo tiempo estaría ahorrando dinero público.

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