lunes, 12 de diciembre de 2011

INFORME DE SITUACIÓN

Mar de Sospechas. Arenas de Oro

La empresa Salimar SA presentó distintas ofertas por balnearios ubicados en Playa Grande. En los presupuestos existen sobreprecios que duplican el valor estándar. La firma ya había sido sancionada hace dos meses por una ampliación ilegal


En una de las arenas más puras y top de Mar del Plata, como las del complejo de Playa Grande, ubicado frente al Hotel Costa Galana, parece ser que la picardía y la audacia no están exentas. Es que los sobreprecios se encuentran sobrevolando la costa a pocos días del comienzo de la temporada.

Acercándonos al inicio del ciclo estival, los balnearios Nº 4B, 6 y la Pileta - Solarium correspondientes al recinto de Playa Grande, se encuentran bajo proceso de licitación, debido a que en el primer llamado existieron algunas irregularidades. Sin embargo, en la segunda presentación, los oferentes llamativamente fueron los mismos.

La dirección general de Recursos Turísticos notificó que, para la unidad turística fiscal N° 4B, se presentaron las empresas Red Hotelera Iberoamericana SA, con una oferta de $ 428.328 y un coste de obra de  $ 4.568.673; y Salimar SA, con un canon de $ 280.000 y una suma de obra de $ 4.632.213,50.

En relación a la unidad balnearia N° 6, exhibieron sus ofertas las empresas Red Hotelera Iberoamericana SA, con un canon de $ 385.328, y un valor de obra de $ 3.600.370; Salimar SA, con un impuesto de $ 250.000, y un monto de obra de $ 5.266.161; y Ya Publicidad SA, con un tasa de $ 501.000, y un importe de obra de $ 5.276.708.

Por último, con respecto a la Pileta - Solarium, las ofertas fueron consignadas por Red Hotelera Iberoamericana SA, con un canon de $ 220.328, y un monto de obra de $ 8.931.630; mientras que Salimar SA, con un gravamen de $ 160.000, y un costo de obra de $ 5.187.338,22.

Lo curioso es que en la documentación presentada por Salimar SA existe un defase entre el precio unitario real y el precio estimado por la firma, que en todos los casos duplica el precio del valor estándar de los materiales consignados en la mayoría de los comercios. De esta manera, queda evidenciado que la obra viene con el combo de los sobreprecios, o bien esta empresa compra los materiales en megaciudades europeas como Ginebra, Amsterdam, París o Londres.

A continuación se describen algunos ejemplos de los montos presentados por la empresa: el precio unitario real para la demolición de un muro es de 27.000 pesos, para Salimar el costo sería de 
$ 54.000, mientras que la demolición de solados en el mercado costaría 35.000 pesos, para la sociedad anónima el valor ascendería a $ 70.000.

Estos sobreprecios ponen al descubierto a la empresa Salimar SA, abren un manto de sospechas sobre las concesiones anteriormente obtenidas por la firma y le quita transparencia a la privatización de este complejo suntuoso.

Yendo a un pasado no muy lejano, en septiembre de 2011, esta compañía fue sancionada por el municipio del intendente Gustavo Pulti, debido a que estaba ampliando de manera ilegítima el espigón de Cabo Corrientes, ya que no contaba con ninguna pauta de autorización municipal ni provincial. 

Además, estaba rellenando el espacio con escombros y generaba así un posible deterioro del medio ambiente.  

Desde la Comuna marplatense plantearon que se analizó la posibilidad de sacarle la concesión, pero sin  embargo, le aplicaron una pequeña infracción. Esto genera un manto de sospechas sobre posibles muestras del clientelismo político que existe entre estas empresas y el municipio.

Claramente, esta torpeza, olvido, descuido, o bien viveza, picardía o pillería por parte de Salimar SA, pone de manifiesto dos conclusiones: en primer lugar, que en la ciudad balnearia nadie da puntada sin hilo (hablando empresarialmente) y que los lápices que utiliza el arquitecto están perfectamente afilados, sobre todo, a la hora de entregar presupuestos. 
Autor de Nota: Desafío Económico

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