miércoles, 29 de julio de 2015

MAPUCHES, YPF Y UNA ESTRATEGIA REPETIDA

POLÍTICA / NEUQUÉN 



 Negocian activamente para superar el nuevo conflicto con la comunidad mapuche Campo Maripe, que estrena así su personería jurídica (otorgada el año pasado, después de muchas idas y vueltas). 



Como se sabe, los Campo Maripe bloquearon accesos a Loma Campana, un territorio que asumen como propio, y se muestran como los principales en discordia para el progreso inmediato de Vaca Muerta.

A diferencia de anteriores y múltiples conflictos entre mapuches y petroleras, en este caso el peso emblemático es más fuerte, y pone en aprietos la coherencia ideológica del gobierno de Cristina Fernández, cuyos representantes hasta hace muy poco defendieron ardorosamente la posición de la Confederación Mapuche contra el gobierno de Jorge Sapag, acusado de demorar in extremis el relevamiento territorial que consagraría derechos ancestrales a los denominados pueblos originarios.

También la conducción de Miguel Galuccio en YPF –un brazo con cierta independencia, pero brazo al fin, del actual gobierno nacional- se ve complicada, y ya esboza explicaciones que se parecen, tal vez demasiado, a posiciones antes esgrimida por Repsol-YPF, cuando tuvo que lidiar con las comunidades Paynemil y kaxipayiñ en Loma de La Lata.

Entonces, en varias oportunidades, la conducción española de la petrolera abundó en consideraciones sobre aspectos extorsivos aplicados desde esas comunidades, dando a conocer los aportes económicos y de infraestructura que se les otorgaron a los mapuches, en el afán de superar conflictos muy parecidos a los que ahora tienen como escenario a Loma Campana.

Ahora, YPF dice (y hace) cosas muy parecidas, frente a planteos mapuches que parecen calcados de aquellos conflictos protagonizados en la década del ’90 del siglo pasado. Los hombres de Galuccio han publicitado acuerdos que de otra manera no saldrían a la luz: obras de irrigación realizadas para que los Campo Maripe cultiven sus campos (que no conocieron el agua por siglos), y hasta el monto de un aporte mensual –140 mil pesos- que la petrolera ahora estatal paga para el desarrollo de una pyme mapuche.

Pocos dudan que el tema se resolverá al estilo de cómo se resolvió hace una veintena de años en Loma de La Lata.

Los Campo Maripe mejorarán significativamente su nivel de vida, y pasarán a ser mapuches VIP.

La petrolera seguirá con sus actividades, y todo se reducirá a algún escarceo cada tanto. http://www.diariamenteneuquen.com.ar/

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