Jazmín Stuart, de actriz a directora, desde su ópera prima "Desmadre".
CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24). Jazmín Stuart tiene una amplia e interesante trayectoria en el campo audiovisual y a eso se debe este párrafo. Durante los últimos 90 y los primeros 2000 se destacaba como actriz en series de televisión como “Verano del 98”, “22 el loco” y “Son Amores”.
En cine, protagonizó dos grandes películas argentinas de la última década: “Los Paranoicos” y “Fase 7”.
Debutó como directora junto con Juan Pablo Martínez en el largometraje “Desmadre”.
“Pistas para volver a casa” es su primera película en solitario.
El film está centrado en dos hermanos que atraviesan los cuarenta años: Pascual (Juan Minujín) y Dina (Érica Rivas). La vida, para ambos, no es nada fácil: él está separado, sin plata, con dos hijos y logra ocuparse de los quehaceres domésticos gracias a la ayuda de su vecina veterana, a quien le paga con favores sexuales.
Por otra parte, Dina vive sola y acomplejada: tiene un trabajo nocturno en un lavadero, no para de fumar y se apoya en la fe religiosa para sobrellevar su situación.
Un tanto desorientados en sus vidas, y reconociendo diferencias que existen entre ellos, deberán emprender juntos un viaje para buscar a su padre (Hugo Arana), de quien se sabe que sufrió un accidente y permanece en un hospital con problemas de memoria.
A partir de este segundo encuentro, se dará a conocer información sobre la historia familiar y surgirán nuevas preguntas.
Una de ellas tiene que ver con el paradero de su madre, que desapareció de sus vidas cuando eran niños, cuya función en el relato también será fundamental por otra cuestión: ella conoce la ubicación de un dinero que está enterrado en algún lugar de un bosque.
Estas incógnitas son las que motivarán a los protagonistas a dejar todo en esta aventura y lo harán arriba de un auto, atravesando una serie de obstáculos físicos y emocionales como en una road movie, con una lógica de “búsqueda del tesoro” muy bien lograda.
Esta búsqueda, por supuesto, se transformará en una brújula para los hermanos, y convertirá este viaje en una oportunidad para el autodescubrimiento y la superación de sus conflictos personales.
La manera de la que están planteadas algunas situaciones puede dar la idea de que uno está frente un film un tanto desparejo, pero lo es cierto que en muchos de estos momentos se puede percibir cómo los actores salvan con su química cuestiones que se notan frágiles desde la escritura.
Un elemento que perjudica algunas escenas puntuales es la música, porque le da a la imagen una pomposidad que conspira contra ese tono sencillo que la película parece buscar desde lo formal a lo largo del relato.
Sin embargo, estos detalles se vuelven insignificantes en una película como ésta. Stuart fue capaz de tejer un viaje muy entrañable y lo hizo con mucha inteligencia, evitando los lugares comunes: por el contrario, a la manera de los grandes cineastas, tomó con no poca valentía los riesgos que consideró necesarios.
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