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| ESTEBAN BULLRICH |
¿Doble discurso? Mientras que, preocupado por la aceleración de la inflación en los últimos meses, el Banco Central cambió el rumbo de su política de tasas y, por primera vez tras 7 subastas, subió el rendimiento que paga por sus letras internas para atraer a más bancos y fondos de inversión a invertir sus pesos y así aspirar el exceso de billetes del mercado (incrementó en 25 puntos básicos las tasas de sus Lebac de más corto plazo.
Así, el interés de sus letras a 35 días escaló a 30,50%, mientras que el de sus bonos a 62 días llegó a 29,50%), el Ministerio de Educación decidió una concesión salarial compleja a cambio de que los docentes acepten iniciar las clases en tiempo y forma en el ámbito nacional.
Al menos lo que se sabe hasta ahora es que para el año lectivo comience el 29/02 (es un año bisiesto), el Gobierno ofreció a los docentes un irresistible incremento del 40% en 2 tramos sobre el piso salarial de la actividad, que se elevará de $ 6.060 a $ 8.500 en julio.
No se está concediendo un ajuste del 40% de los salarios docentes sino un incremento del piso salarial equivalente al 40%, pero es muy importante cómo se explicará al resto de la sociedad porque, de lo contrario, va a instalarse la idea del ajuste del 40% y eso es inflacionario.
La proporción de la recomposición, que excede ampliamente el techo del 25% que la administración de Mauricio Macri imagina para la ronda de paritarias en base a su previsión de inflación, significará un importante desafío para los gobiernos provinciales: ¿podrán imitar a la Nación?
Luego, establece una referencia concreta para aquellos gremios del sector privado, que iniciarán sus negociaciones en las próximas semanas.
Después de los encuentros preliminares sin avances significativos, el ministro de Educación, Esteban Bullrich, recibió a los representantes de Ctera, Sadop, UDA, Amet y CEA, y los sorprendió con una nueva propuesta salarial en línea con el reclamo sindical de garantizar un sueldo mínimo en la actividad de $ 8500. La oferta contempla incrementar desde febrero ese piso de $ 6.060 a $ 7.800 ($ 7.500 remunerativos y $ 300 correspondientes al incentivo docente), lo que supone en el 1er. tramo una mejora porcentual del 28,7%, y elevarlo en julio a $ 8.500 ($ 8.000 más $ 500 por Fonid).
Así el aumento completo redondea un 40,25% sobre el actual haber mínimo sectorial, que perciben alrededor de 150 mil maestros, poco más del 12% de 1,2 millón de docentes de todo el país.
Además, la propuesta incluye la garantía de que el sueldo básico docente se ubicará en adelante un 20% por encima del salario mínimo, vital y móvil y se combino mantener abierta la paritaria durante todo el semestre con el objetivo de analizar el impacto de la evolución de la inflación sobre el poder de compra de los salarios de la actividad.
El acuerdo tendrá una cláusula para establecer que el salario inicial de los docentes siempre deberá ser al menos un 20% más que el salario mínimo, vital y móvil (que actualmente es de $6.060).
El gobierno nacional enviará a las provincias $800 millones para mantener los edificios escolares. La fórmula que destrabó la negociación fue la de un aumento del Fondo de Incentivo Docente.
El Fonid fue creado como consecuencia del largo conflicto de la Carpa Blanca: con este fondo, el Estado nacional mejora los sueldos del sector, que el menemismo cargó sobre las espaldas de las provincias.
Se trata de dinero que se reparte en forma igualitaria entre todos los docentes del país, a la manera de una suma fija, no remunerativa, es decir sin aportes jubilatorios ni carga sociales, y sin impacto en la pirámide salarial.
Usando esto como argumento, Bullrich insistió en que la oferta no se salió de lo pautado hasta la semana pasada por el Gobierno. “La oferta que realizamos es de un 25%”, dijo al leer la propuesta.
En la interpretación de Bullrich, el salario inicial remunerativo sólo sube un 25, “y a eso se le agregará un aumento del Fonid”.
Sin embargo, no es lo que se está instalando por estas horas en la opinión pública. No vaya a ser que por presentar un acuerdo, se envíe un mensaje confuso.
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