martes, 16 de octubre de 2018

CON LOS MOYANO EN LA CALLE Y AMENAZAS EN SU TELÉFONO, EL JUEZ RECHAZÓ LA DETENCIÓN DE PABLO

POLÍTICA / CAUSA INDEPENDIENTE 



(U24) - El juez Luiz Carzoglio, quien debe resolver si detiene o no al camionero Pablo Moyano, ofrecerá una conferencia de prensa a las 20:00 de este martes luego de haber recibido llamadas telefónicas intimidantes. 


Carzoglio debe resolver este mismo martes si hace lugar al pedido del fiscal Sebastián Scalera en el marco de una investigación por la venta ilegal de entradas del Club Independiente, de la que el sindicalista es vicepresidente.

De acuerdo a Infobae.com, las amenazas fueron recibidas por la esposa de Carzoglio, quien atendió las 2 llamadas intimidantes que se sucedieron en horas del mediodía. El juez detallaría el contenido de los mensajes en una rueda de prensa que ofrecerá por la noche en el Polo Judicial de la avenida Mitre al 2500.

Mientras la noticia trascendía, Hugo Moyano -padre de Pablo, presidente de Independiente y líder de los camioneros- encabezaba una manifestación del gremio frente a la secretaría de Trabajo, en la avenida Callao, de la Capital Federal.

Si bien oficialmente se trata de una protesta que busca la reapertura de la discusión salarial del sector, la coincidencia con los apuros judiciales de Pablo produce una lectura sobre una demostración de fuerza de los Moyano ante el acoso tribunalicio.

En este sentido, otros gremialistas expresaron su solidaridad con Moyano y anticiparon su disposición a movilizarse en apoyo del camionero. Pablo Moyano se encuentra en Singapur, donde participa de un conclave internacional de gremialistas del transporte.

Desde allí, llamó "payaso" al fiscal Scalera y acusó al gobierno de Mauricio Macri de perpetrar una "persecución" en su contra.

No obstante, Moyano hijo anticipó este martes que se presentará si se lo requiere, ya que "siempre me ajusté a derecho". Sin embargo, insistió: "es por una orden del Presidente" que se pidió su detención.

Scalera considera a Pablo Moyano sospechoso de integrar una asociación ilícita junto a la primera línea de la barra brava de Independiente, que se dedicaba a defraudar al club de Avellaneda a través de la venta ilegal de entradas y el uso de socios truchos, operaciones por las que el club no percibía ingresos.

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