jueves, 15 de marzo de 2018

15/03: EL DÍA EN QUE QUINO CREÓ MAFALDA

MEMORIA / AÚN SE LA LEE 



Mafalda es el nombre de una tira de prensa argentina desarrollada por el humorista gráfico Joaquín Lavado "Quino" de 1964 a 1973, protagonizada por la niña homónima, “espejo de la clase media argentina y de la juventud progresista”, que se muestra preocupada por la humanidad y la paz mundial, y se rebela contra el mundo legado por sus mayores. 


Mafalda es muy popular en Latinoamérica en general, así como en algunos países. europeos: España, Francia, Grecia e Italia. Ha sido traducida a más de 30 idiomas. Umberto Eco, quien ha escrito la introducción a la 1ra. edición italiana de Mafalda, ha dicho amarla muchísimo y considera muy importante leer la tira para entender a la Argentina.

En 1962, Quino llevaba ya cerca de una década realizando humor gráfico, cuando su amigo Miguel Brascó, humorista y escritor que había trabajado en algunas de las mismas revistas que aquél, fue contactado por «Agens Publicidad» con el fin de crear una tira de historietas para promocionar la marca de electrodomésticos «Mansfield», de la empresa Siam Di Tella. La tira funcionaría como publicidad encubierta al aparecer en medios impresos.

Brascó recordó que Quino le había comentado «que tenía ganas de dibujar una tira con chicos» y le sugirió realizar una historieta que combinara a «Peanuts con Blondie». La empresa había puesto como condiciones que en la historieta apareciesen algunos electrodomésticos y que los nombres de los personajes comenzaran con «M».

Quino dibujó entonces varias tiras protagonizadas por una familia tipo constituida por un matrimonio de clase media con dos hijos: un niño y una niña. En esta familia ficticia, los rasgos del matrimonio son similares a los de los padres de Mafalda de la etapa posterior, mientras que el hijo no se asemeja a ninguno de los personajes clásicos de Mafalda. Su hermanita sí es reconocible como Mafalda, aunque exhibe un diseño arcaico.

El nombre Mafalda fue tomado del filme Dar la cara (1962), basado en la novela homónima de David Viñas, donde hay una bebé que lleva ese nombre, el cual le pareció alegre a Quino. La historieta realizada por Quino fue ofrecida por «Agens» al diario Clarín, pero la estratagema publicitaria fue descubierta y la campaña no se llevó a cabo.

Posteriormente, Miguel Brascó publicó en el suplemento humorístico «Gregorio» de la revista Leoplán, del cual era director, tres de las tiras dibujadas para la campaña fallida. En 1964, Julián Delgado, director de la revista Primera Plana, acuerda con Quino comenzar a publicar en ese medio a Mafalda, ya desvinculada de propósitos publicitarios.

Quino dibuja con este fin nuevas tiras donde, en un principio, participan solo Mafalda y sus padres. Con el correr del tiempo, Quino iría agregando personajes, destacándose entre éstos los amigos de Mafalda —Felipe, Manolito, Susanita, Miguelito y Libertad— y su hermanito Guille.

Mafalda es la protagonista de la tira. Representa la aspiración idealista y utópica de hacer de este un mundo mejor, aunque la envuelven el pesimismo y la preocupación debido a las circunstancias. Los comentarios y ocurrencias de Mafalda son espejo de las inquietudes sociales y políticas del mundo de los años 70.

Denuncia, a través de sus dichos y acciones, la maldad y la incompetencia de la humanidad y la ingenuidad de las soluciones propuestas para los problemas mundiales, como el hambre y las guerras.

En un reportaje de 1987, Quino explicó que el nihilismo del personaje se refiere a la índole del ser humano, no a la civilización. «Estaba convencido de que si alguien no modificaba un gen del hombre, éste desaparecería a corto plazo", manifestó.

Mafalda habría nacido el 15/03 de marzo de 1960 o el 15/03 de marzo de 1962, en el seno de una típica familia de clase media argentina de los años 70. Entusiasta de Los Beatles, el Pájaro Loco y los panqueques, detesta en cambio la sopa.

Incomoda frecuentemente a los adultos con sus cuestionamientos sobre lo socialmente establecido y sus preguntas relativas al manejo político del mundo. Está convencida del progreso social de la mujer y lo preconiza. Se imagina a sí misma estudiando idiomas y trabajando como intérprete en las Naciones Unidas para contribuir a la paz mundial.

Al comenzar la historieta, Mafalda tiene 4 años de edad, y en el mes de marzo siguiente ingresa al jardín de infantes. En los 10 años de desarrollo de la historieta parece llegar hasta el 3 o 4 grado de la escuela primaria.

Felipe, Manuel "Manolito" Goreiro, Raquel (madre), Susana "Susanita" Clotilde Chirusi, Miguel "Miguelito" Pitti, Libertad y Guille son algunos del resto de personajes que se incluyen en el desarrollo de la historieta.

Con respecto a la educación, valdría la pena recalcar que la tira cómica de Mafalda tiene una amplia concepción del tema y no está limitada únicamente a la escolaridad propiamente dicha. Sin embargo, existen claras reflexiones con respecto al sistema educativo tradicional, la desvinculación de la escuela con la realidad del alumno, al sentido de la escuela, a la practicidad de los contenidos escolares, al rol pasivo del estudiante en los procesos de aprendizaje e incluso reflexiones con respecto al papel de los medios como nuevas plataformas de transmisión de saberes, entre muchas otras cosas.

Mafalda está en todas partes. Y no sólo porque sus libros hayan sido traducidos a 30 idiomas. En el barrio de Colegiales, en Buenos Aires, hay una Plaza Mafalda. Y en el de San Telmo está la escultura de la niña en tamaño real, del artista Pablo Irrgang.

Pero también bajo tierra hay un homenaje a la tira. En la estación de Subterráneo de Perú, en la capital argentina, hay un mural de "El Mundo según Mafalda". Y en el subte de París, en la estación Argentine, Mafalda observa atenta desde un mural a figuras de la ciencia, la política y las artes de Argentina, como Jorge Luis Borges.

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