jueves, 23 de junio de 2011

¿QUÈ SABEMOS LOS ARGENTINOS SOBRE LAS MINAS?


Mitos y mentiras del boom minero en la Argentina

El neoliberalismo de los ´90 abrió la puerta a los grandes negocios privados con los recursos naturales que pertenecen a todo el pueblo argentino. El tan mentado boom minero ha hecho que empresas multinacionales se lleven grandes ganancias sin dejar nada a cambio en el país. Mitos y mentiras de un negocio multimillonario

El estreno en 2009 de la película “Tierra sublevada: oro impuro” dirigida por el actual diputado nacional Fernando “Pino” Solanas, puso en el centro de la consideración pública la forma en que se desarrolla el negocio minero en nuestro país, y cómo las grandes empresas multinacionales hacen extraordinarios negocios particulares, sin dejar casi ninguna ganancia para los intereses del país.
 
La Minería se ha convertido en uno de los grandes negocios de las empresas transnacionales en la Argentina , ya que se ha convertido en una forma rápida de efectuar grandes ganancias, que sumados a los monocultivos como la soja, representan suculentos dividendos para estas empresas.


Hoy vemos como las multinacionales, como la Barrick Gold , BHP, Pacific Rim Mining y Patagonia Gold, entre otras, llevan a cabo más de 600 proyectos mineros en localidades del interior del país, principalmente en San Juan, Santa Cruz, La Rioja y Catamarca, muchos de ellos realizados a cielo abierto, lo que significa que se vuelan los cerros, se los muele a roca y se los lava con cantidades inmensas de agua potable. 
 
Estas acciones de las empresas multinacionales han llevado a que múltiples poblaciones del interior del país se hayan levantado en contra de la minería, con gran cantidad de movilizaciones y de acciones concretas de pueblos chicos de la Argentina , que han hecho escuchar su voz pidiéndoles a sus gobernantes que paren con este accionar.
 
Todo esto ha llevado a que distintas asambleas ciudadanas se hayan levantado en pié contra esta situación, tal como ocurre con la Asamblea de Vecinos Autoconvocados por la Vida de Tinogasta, la de Andalgalá en Catamarca, de Río Turbio, de Mendoza, entre otras ciudades, donde entre otras acciones ese lleva adelante el impedir el ingreso de insumos para la actividad minera y desde entonces la única respuesta que han tenido tanto desde el gobierno nacional como las administraciones provinciales, ha sido la represión y el encarcelamiento de los vecinos que protestan contra una de las actividades más contaminantes del planeta.
 
Estas acciones de los gobiernos provinciales en connivencia con el nacional, llevan a pensar que el tan mentado “boom” minero que desarrolló la Argentina en los últimos años, no es más que una oportunidad de las transnacionales para llevarse gigantescas ganancias de nuestro país dejando poco dinero en el país, al pagar sólo el 12% de regalías, algo único en el mundo, muy diferente a lo que ocurre en el hermano país de Bolivia, donde el gobierno de Evo Morales impuso una ley donde el país se queda con el 82% de las regalías. El Gobierno de Menem ya les había otorgado estabilidad tributaria durante 30 años a los proyectos mineros, pero el de Kirchner le aplicó derechos de exportación de hasta el 10%, aunque el gobierno de Cristina Fernández benefició a la actividad minera al vetar una ley de protección de los glaciares andinos.
 
El boom minero es en realidad un saqueo que atenta contra los recursos naturales, sino que además tiene un componente de inhumanidad, porque la minería en la Argentina no está regulada como debería ser y las provincias no tienen los motores suficientes, porque cada uno no lo piensan como políticas de Estado, sino que lo piensan como políticas de gobierno de 4 años, entonces tratan que le saquen toda la minería que se pueda, ejemplo de esto son San Juan y Catamarca, sin ningún tipo de control.
 
Hasta ahora son 7 las legislaturas provinciales que prohibieron la minería contaminante en nuestro país, pero todavía no se ha podido lograr una ley nacional que prohíba este tipo de acciones que tanto dañan el ecosistema.
 
Hay zonas enteras donde quizás en algunos años ya no haya agua potable, con poblaciones completas que sufran enfermedades o que directamente tengan que erradicarse por poblaciones, por la falta de control que existe hoy y por el uso desmedido que se hace del agua. Pero todo eso se hace por la mala política de control nacional, y por la connivencia de los gobiernos nacionales, no hay ningún boom minero, sino que hay un absoluto saqueo del estado nacional en connivencia con las provincias.
 
La Argentina es una gran zona que posee grandes reservas de alimentos, de recursos minerales, petroleros, hídricos, lo que la lleva a ser uno de los grandes botines a codiciar por las grandes empresas que desean ganancias rápidas y fructíferas. Por ejemplo, nuestro país tiene en sus 4 mil kilómetros de cordilleras, la sexta reserva de metales del planeta, y una de las reservas hídricas en el litoral del país, más grandes del mundo.
 
En América Latina entre 1990 y 2000 se deforestaron 467.000 kilómetros cuadrados para destinarlos a la agroindustria y las explotaciones mineras. En Argentina se estima que se perdieron casi dos tercios de sus bosques nativos durante el siglo veinte, que la Ley de Bosques intenta parar, aunque la deforestación de los bosques que se suceden por ejemplo en Salta y Misiones, hacen poco optimistas a los argentinos de que la actividad sea cuidada como se lo merece.
 
Bajo el lema de la modernidad, el progreso y el desarrollo, en toda la región durante los ´90 se implementó una política de entrega de los recursos naturales a manos privadas, que significó virtualmente el vaciamiento de los países y la entrega de los mismos a las empresas multinacionales que se vieron beneficiadas con negocios y ganancias de miles de millones de dólares.
 
Sin una defensa apropiada de los recursos naturales, será muy difícil que la Argentina pueda tener en el corto y mediano plazo un futuro mejor y un país donde la mayoría de los ciudadanos estén incluidos en un proyecto común y no fuera del sistema como ocurre hasta ahora, donde hay más de 15 millones de pobres, con cinco millones de personas en la indigencia. Una adecuada protección de los recursos naturales, equivale a una protección de todos los argentinos, que esperan crecer en un país sano y con oportunidades para todos. CNA
 

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