lunes, 8 de enero de 2018

CHILE: FRÍA ESPERA AL PAPA ACUSADO DE SER 'FILO-BOLIVIANO' EN CONFLICTO HISTÓRICO

AMÉRICA LATINA / 'PONTÍFICE ARGENTINO' 

Foto: REUTERS/Andrew Medichini/Pool

(U24) - A 1 semana de la visita del Papa Francisco a Chile, que tendrá lugar entre el 15/1 y el 18/1, la encuesta Cadem arrojó que sólo el 23% de los ciudadanos considera importante la gira del Sumo Pontífice por el país. Un 50% de los encuestados aseguró que su visita es poco o nada importante y un 26% la estima como "algo" importante. 


Además, un 54% de los encuestados está en desacuerdo con que se haya declarado feriado en aquellas ciudades donde estará el Papa (Santiago, Temuco, Iquique), mientras que un 41% respalda la medida.

Un 80% rechaza que el Estado financie 7.000 de los 11.000.0000 de pesos chilenos que cuesta la visita en temas de seguridad y logística, apunta el diario La Tercera. Sin embargo, aclara, la imagen de Francisco en Chile sigue siendo positiva.

A pesar de que su aprobación bajó drásticamente -19 puntos porcentuales- desde junio de 2017, actualmente un 52% tiene una imagen positiva de la máxima autoridad de la Iglesia Católica Apostólica Romana, mientras que un 26% tiene una imagen muy negativa de él (14 puntos más que 6 meses atrás).

"Desde hace meses en la prensa, varios observadores y comentaristas, chilenos y no chilenos, repiten casi con cansancio: 'La gente es indiferente, lejana, ocupada en otras cosas... irritada con la jerarquía, y no es precisamente la llegada del Papa lo que más preocupa a los chilenos'. Por tanto muchos hablan de una 'visita muy difícil, compleja e incierta, problemática'", escribieron Luis Badilla y Francesco Gagliano del diario La Stampa/Vatican Insider.

Pero si los chilenos no están muy entusiasmados con la visita, el argentino Jorge Mario Bergoglio ya tiene quien los reemplace: sus compatriotas.

Es que según TN, se espera que 1 millón de argentinos crucen la Cordillera de Los Andes para celebrar la llegada del Papa Francisco. Desde el Gobierno mendocino creen que, como mínimo, 800 mil personas irán desde la Argentina a Santiago de Chile.

Sucede que el país vecino es el 8º en el que Francisco realiza visita pastoral, y la Argentina sigue esperando. Ya están en esa lista Colombia, Cuba, Ecuador, México, Paraguay, Perú y Bolivia. ¿Buenos Aires? Bien, gracias.

"En estos meses se han dado, desde distintas partes, diversas explicaciones más o menos plausibles y bien argumentadas a esta fría espera que parece dominar los ánimos en Chile. La última, muy recurrente en estas horas si bien no es nueva, es el 'coste económico' para el país. Se habla de 10 millones de pesos (40% a cargo de la Iglesia local y el resto a cargo del Estado).

Tal fastidio, mínimo, se añadiría a tantos otros que se arrastran desde hace muchos años y que, en realidad, evidencian una iglesia local en crisis. Y es esta la verdadera cuestión chilena en el contexto del peregrinaje de Francisco, 30 años después del de san Juan Pablo II.

En resumen, la presunta indiferencia por esta visita sería una consecuencia directa e inmediata del relativamente bajo prestigio y de la limitada autoridad de la Iglesia chilena, en particular de la jerarquía, a la cual la opinión pública atribuye numerosos discutibles comportamientos, con las consecuentes críticas, a menudo feroces. Y no se trata solo de críticas provenientes del exterior de la comunidad eclesiástica", escribieron Badilla y Gagliano.

"La Iglesia chilena es una Iglesia herida. Sus muchas llagas, sufrimientos, forman parte de un largo elenco: de las difíciles relaciones con el gobierno saliente de la Sra. Bachelet (despenalización del aborto, reforma educacional, derechos civiles, cuestión 'Mapuche', solo por citar algunos), a los graves problemas de pedofilia, en especial los casos de encubrimiento (que involucraron también a algunos obispos), el suceso del obispo de Osorno, monseñor Juan Barros (nombrado por Francisco y muy impopular para una parte de los fieles), una prensa en general hostil y muy crítica con los tres cardenales del país (Ezzati, arzobispo de Santiago en régimen prorrogado, Errázuriz y Medina) y la percepción generalizada que la chilena es una Iglesia fuera de su tiempo e incluso fuera de las últimas dinámicas de la comunidad eclesiástica universal", explican desde el Vatican Insider.

En este sentido, la llegada de Francisco coincide con que la Congregación Marista de Chile admitió haber silenciado casos de abusos sexuales, según apunta La Tercera.

Si el saliente gobierno de Michelle Bachelet tuvo más de una iniciativa contraria a la tradición católica -recordemos que Chile es un país con una fuerte historia socialista, encarnada en la Nueva Mayoría de la mandataria saliente-, su visita al menos- demorado la posible aprobación de un proyecto de identidad de género en la Cámara de Diputados.

Su presidente, Fidel Espinoza, manifestó que no está dispuesto a generar una polémica con la Iglesia Católica y desestimó someter a votación dicha iniciativa el 16/1 (primer día de actividades de Franciso en la región Metropolitana de China).

Espinoza dijo que, debido a la coincidencia de fechas, él no está disponible para poner en tabla un tema polémico que es de alta sensibilidad para la Iglesia Católica, explica el portal BiobioChile.

El diputado de derecha, José Antonio Kast, respaldó la idea mientras que la diputada comunista, Karol Cariola, rechazó la posibilidad de suspender la votación del proyecto.

Hay un punto más a tener en cuenta en la crudeza del escenario chileno para Francisco y tiene que ver con Bolivia, su histórico reclamo de la salida al mar y la controversia que eso genera entre Santiago y La Paz.

“Es bien conocido que Evo Morales, presidente de Bolivia, como todos sus predecesores, ha hecho esta solicitud un caballo de batalla también en vista de una tercera reelección y en este contexto, hace tiempo, por sorpresa, puso la cuestión bajo un arbitraje del Tribunal de la Haya. Chile, que considera que tiene razón, aceptó de inmediato.

Llegados a un cierto punto sin embargo, por razones no del todo claras (y quizá relacionadas con hechos internos de los partidos y ambiciones personales) desde Chile ha comenzado una especie de campaña que 'acusaba' al Papa Francisco de ser filo-boliviano, demasiado cercano a Evo Morales y por tanto, indirectamente, 'hostil' al pueblo chileno.

Así viene presentado por diversas partes y para ser convincentes por estos acusadores, a menudo escondidos por el anonimato, han atribuido al Papa palabras que él nunca ha pronunciado", escribieron Badilla y Gagliano.

"El discurso del Papa en La Paz durante el Encuentro de los movimientos populares en julio de 2015 ha servido, en manos de los políticos de los dos países, para afirmar numerosas inexactitudes y dar vida a no pocas mentiras: se ha creado por tanto la imagen falsa del 'Pontífice argentino más amigo de los bolivianos que de los chilenos'.

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