viernes, 15 de julio de 2011

EL BONAERENSE

ELECCIONES BONAERENSES

Para Scioli & amigos, Buenos Aires ya no será la que fue

Muchos interrogantes para el presente y futuro de Daniel Scioli en el gobierno bonaerense.
ITUZAINGO (BuenosAires2punto0). La conformación de las listas en las que quedaron afuera hombres que aún hoy ocupan bancas, y otros que con peso territorial propio, aspiraban a hacerlo en el próximo período, podría generarle al gobernador Daniel Scioli, más dolores de cabeza de los que imagina.
 
El mandatario provincial sabe, y prevé, que la conformación del recinto después del 10 de diciembre, aún con un amplio triunfo de la fórmula que encabeza junto a Gabriel Mariotto, no le significará necesariamente manos que respondan a sus designios. Es que muchos de los que imagina, estrenarán banca, en realidad sólo obedecen órdenes supremas que emanan de Olivos.
 
Previendo esta circunstancia, Scioli intenta aprobar casi en masa, varios proyectos con los que pretende contar lo antes posible, pero cuyo trámite parlamentario está paralizado tanto por la oposición, como por el oficialismo.
 
En ese paquete se cuentan varias medidas pedidas por el Ministro de Seguridad Ricardo Casal; el de regionalización cuya promoción lleva adelante Santiago Montoya; y el nuevo Presupuesto.
 
La regionalización es un tema que genera discusiones en varios sectores, porque no presenta en apariencia, una verdadera descentralización; pero además, porque significa un mapa político y de manejo económico, que al menos la oposición no piensa conceder a escasos meses de ver cómo quedará repartido el poder.
 
El problema para Scioli, es que dejó demasiados heridos dentro de su propio bloque, y son pocos los que están dispuestos a levantar la mano por él de acá a que terminen sus mandatos.
 
Esta semana, el gobierno provincial había anunciado que casi “con seguridad”, la sesión de la Cámara de Diputados del miércoles aprobaría 3 proyectos del área de seguridad: el que crea un cupo laboral dentro de la administración bonaerense para personas que estuvieron detenidas; la descentralización del Tribunal de Casación; y reformas a la ley de Ejecución Penal.
 
Para eso, el titular de la Cámara baja, Horacio González, se reunió con Casal por espacio de casi 6 horas. El martes previo a la sesión, tuvo un encuentro que se prolongó 2 horas, y el mismo miércoles, se juntaron en el despacho de González entre las 10:30 y las 14:40; se fueron juntos a la residencia del Presidente de Diputados y regresó sólo González para abrir la sesión a las 16:00, e inmediatamente se retiró del recinto, dejando a cargo al Vicepresidente. Las leyes en cuestión, no estaban incluidas entre las que se tratarían finalmente.
 
La extensión del encuentro no estuvo dada en el análisis exhaustivo de la legislación solicitada, sino en el punteo de cómo convencer a la tropa que ya no les es propia, que acompañe estas iniciativas, cuando no consideran que los una ya el amor, y menos aún, la obediencia debida.
 
El problema que enfrenta Scioli de acá al 10/12, es que no sólo hay al menos una decena de integrantes del bloque oficialista en absoluto disgusto, sino que además, Francisco de Narváez ha ordenado a sus legisladores, no dar tratamiento a ningún proyecto que sea importante para el Ejecutivo. Teniendo en cuenta la alianza entre De Narváez y Ricardo Alfonsín en la provincia, esto abarca también al bloque de legisladores de la UCR; lo cual le quita capacidad de negociación absoluta de puertas adentro de la Legislatura.
 
El otro problema, es que los legisladores del bloque del FpV apuntan sus dardos a Scioli, pero también tienen palabras atragantadas para con Horacio González, y el titular del bloque, Raúl Pérez. Casualmente, ningunos de los dos se hizo presente en las reuniones de bloque que se realizaron después del cierre de listas.
 
A la semana siguiente de dejar un tendal de heridos, la Cámara de Diputados sesionó con legisladores que aún estando dentro del edificio, no dieron el presente en el tablero; muchos de los cuales aguardaron de manera infructuosa poder cruzar palabra con el jefe de la bancada y con la autoridad máxima de la Cámara. Ambos se escabulleron al finalizar la sesión evitando ser increpados.
 
Después de ese día, echaron mano al recurso ideal: irse de vacaciones; algo por lo que también optó el mandatario bonaerense, recientemente llegado de Europa.
 
No obstante, aun habiendo regresado de sus descansos, González y Pérez siguen sin dar la cara y por ahora, esquivan las balas.
 
Mientras buscan chalecos, también buscan apoyos y pergeñan la manera de “romper” después del 10 de diciembre, si por caso, hubiere un intento de deponerlos a ambos.
 
Scioli cree que esta vez podría sentar en la presidencia de la Cámara a Martín Ferré, actual ministro de Producción, y hombre de su máxima confianza; pero en Olivos imaginan que ese sillón podría tener otro dueño: José Ottavis.
 
En el medio, pasará mucha agua bajo el puente. Todo estará sujeto al número final del escrutinio que determinará más genuflexión o permitirá sacar pecho; pero por las dudas, ya son varios los que operan en los pasillos, y no porque los desvelen las lealtades, sino porque ven a futuro, cómo se escurre un manejo mucho más preocupante para algunos de ellos que el político: el de quién tiene el poder de la caja.

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