lunes, 8 de agosto de 2011

INFORME DE SITUACIÓN: ESTO NO SUCEDIÓ EN LOS JARDINES DE...


El asfalto que se rompe con la mano

En Quilmes, municipio conducido por Francisco “El Barba” Gutiérrez, el intendente prometió hacer 1.000 cuadras de carpeta asfáltica de 7 cm de espesor, pero terminó echando una capa de 2 cm de asfalto en frío. Al día siguiente de “terminada” la obra, los vecinos podían levantar el preparado con la mano. Los funcionarios implicados, la empresa, y los damnificados

Cuando los colonizadores llegaron a América, les quisieron cambiar piedritas de colores por oro a los nativos, y éstos accedieron. Han pasado más de 500 años desde aquellas piedritas, pero parece que hay algunos que todavía no entienden que la gente ya despertó a los trucos de magia.

La gestión del intendente Francisco “El Barba” Gutiérrez prometió, anunció, publicitó, como uno de los ejes troncales del último tramo de su mandato, la realización de 1.000 cuadras de carpeta asfáltica para diferentes sectores de la Comuna. Pero esas cuadras hoy brillan por su ausencia.

Pero esto no es lo peor de la historia, sino que las que sí se hicieron, en lugar de tener los 7 cm de capa asfáltica correspondiente, se colocaron 2 cm de asfalto en frío, que a las horas de que el trabajo estuvo “listo”, empezó a romperse.

Mayra Lisak, una vecina quilmeña, cuenta que el trabajo “aguantó un día y nos dimos cuenta de que estaba roto. Encima, después, lo arreglaban encima. Puro parche”.

El escándalo no termina aquí. El marco legal en el cual se realizaron las obras es por demás irregular. Se anunció que las calles serían hechas por las cooperativas de los planes Argentina Trabaja, que dependen del ministerio de Desarrollo Social de la Nación, pero la municipalidad terminó contratando a la empresa DAROM Construcciones SRL por 50 millones de pesos para hacer el trabajo.

Cuando los vecinos vieron las condiciones en que estaban dejando las calles, quisieron tener datos de la empresa para efectuar el reclamo. Pero Mayra cuenta que “el capataz no nos quiso dar el número de teléfono ni el nombre de la empresa. Y las máquinas no tenían ninguna inscripción, nada que permitiera identificarla”.

Una vez que los quilmeños se presentaron en el municipio, salieron a la calle a reclamar e hicieron cortes y juntada de firmas, la secretaria de Obras y Servicios Públicos, Roxana González, tuvo que salir a reconocer que a la obra la estaba haciendo una empresa a la que le estaban pagando $ 50 millones de pesos.

El pago total que desembolsó la Comuna, dividido por 1.000, da un total de 50 mil pesos por cuadra. En tanto, el ministerio de Desarrollo Social es el que  les paga a los cooperativistas del plan Argentina Trabaja, quienes se tendrían que haber encargado de hacer las zanjas y el saneamiento hidráulico.

Dentro de la maraña de desinformación, mega anuncios engañosos, y trabajos mal hechos, el correspondiente llamado a licitación nunca se hizo. Y los 50 millones de pesos superan holgadamente el monto por el cual una intendencia puede contratar directamente a una empresa.

“Hay empresarios que te dicen que desde el municipio llaman a empresas a ver quiénes quieren hacer este trabajo. Es que no lo quiere hacer nadie porque no es negocio. Para que sea negocio, hay que hacer todo mal”, comenta el periodista de Quilmes a Diario, Pedro Navarro, a Desafío Económico.

Hay un dato que sirve para dimensionar el tema y es que, recientemente, el municipio de Quilmes licitó una obra para construir 100 cuadras de asfalto y pagó 32.000.000 millones de pesos por ella.

Se trata de la licitación pública Nº 01/11 según el expediente Nº 4.091-4.787-D-11, con un presupuesto oficial de $ 28.419.875,00. La propuesta ganadora fue la Nº 1, que corresponde a la empresa Hidravial SA-La Plata Montajes SA-UTE con una oferta total de $ 32.5903291,50.
Entonces, si se acaba de aprobar una obra por la cual se pagarán 320.000 pesos por cuadra, ¿cómo puede ser que se haya pagado tan poco por las otras mil? ¿Quién podría suponer que pagando 50 mil pesos por cuadra se puede hacer un buen trabajo?

El último dato es que la secretaria Roxana González reconoció públicamente que no controlaron las obras de la empresa, y que van a arreglar lo que ya está hecho.

Esto es, se va a tirar otra capa de material sobre el preparado que -hasta ahora- no ha hecho más que partirse ante la vista de todos.

González especificó que se va a completar el trabajo con unos 5 cm de material, así la carpeta asfáltica quedaría del espesor que tendría que haber tenido siempre, 7 cm. Parche sobre parche.
Piedras sobre piedras.

Desafío intentó comunicarse con la secretaría de Obras y Servicios públicos de la Comuna, también con el Intendente, pero nunca estuvieron disponibles para atender a este medio.

Quién hace el trabajo sucio

La trama de complicidades e irregularidades que compone esta historia arranca con el anuncio público del secretario de Producción, Guillermo Robledo, de que las cooperativas del plan Argentina Trabaja iban a construir 1.000 cuadras de carpeta asfáltica en varias zonas de la ciudad.

Pero lo que terminó haciendo la municipalidad dirigida por Francisco “El Barba” Gutiérrez fue contratar directamente a la empresa DAROM Construcciones SRL por 50 millones de pesos.

Desafío intentó comunicarse con la empresa, pero ésta no atiende el teléfono. Recientemente, las irregularidades de esta firma la han llevado a verse implicada en el escándalo Skanca.

Por un lado, la idea primaria desplegada por el secretario de Producción era desde el vamos inviable, ya que las cuadrillas de las cooperativas de trabajo no cuentan con la maquinaria necesaria para hacer una carpeta asfáltica.

Y, por otro, el contrato directo que firmó la municipalidad con la empresa por esa cantidad de dinero es, por sí solo, escandaloso. Pero claro, queda opacado por el desastre de la calidad de los trabajos.
La gestión municipal quilmeña, otra vez, en el ojo de la tormenta por irregularidades cometidas con obras públicas.

Desde la oposición, el concejal Diego Buffone (CC) hizo un pedido de informes en el cual solicitó la suspensión de los trabajos asfálticos en todo el distrito para la consecuente aplicación del asfalto mediante la modalidad “Tratamiento triple en caliente”.

Y en el comunicado dice que “el supuesto mejorado aplicado en las calles del barrio Gaby I por la empresa Darom Construcciones SRL es de baja calidad”.

En tanto, la experiencia que tuvieron los vecinos con el municipio, la empresa y los cooperativistas fue, por todos los costados por donde se la mire, mala.

Por una lado, la empresa nunca se identificó como tal, por el otro, en una de las primeras reuniones que los vecinos del barrio Gabi I y San Valentín tuvieron con funcionarios de la municipalidad, les dijeron que a las calles “las estaban haciendo de favor porque no estaba en los planes de la Comuna trabajar en ese barrio”, y los cooperativistas de los planes Argentina Trabaja hicieron poco y nada.

Las piedras de colores

Hay otro dato, y es que los obrajes no fueron los mismos en todos los barrios, sino que dependió del grado de “importancia” y visibilidad de las manzanas.

Maira Lisak vive en la zona comprendida en los barrios Gabi I y San Valentín. Estos barrios están entre las calles Tomás Flores, Pasco y Zapiola, y Donato Alvarez. Maira le cuenta a Desafío que “en enero, la arquitecta Roxana González nos cita para contarnos que se iban a mejorar las calles de los barrios. En la primera reunión no llegó. Después vino y confirmó que se iba a hacer una carpeta asfáltica de 7 cm final”.

En tanto en otra zona de Quilmes, Betina Suaya, vecina de la Rivera, le cuenta a Desafío que “el mejorado de las calles lo habían empezado desde la calle Otamendi, que es la parte que más se ve. Ahora vemos que es un tipo de mejorado mejor que el que utilizaron aquí”. Betina vive en la zona comprendida entre la Avenida Iriarte hasta el final de la Rivera, en la calle 34.

Y completa: “Acá hicieron unas calles nada más. Pusieron un mejorado muy finito sin zanjear, sin hacer el saneamiento hidráulico”. La Rivera tiene el problema, además, de que es una zona inundable.

El “mejorado” que nombra la vecina se trata de asfalto en frío, un material muy barato en comparación al asfalto en caliente, que demanda poca infraestructura, personal y cuenta con la posibilidad de, una vez colocado, poder habilitar la obra en 24 horas.

Pero lo que se pudo comprobar una vez pasadas esas horas fue que el asfalto empezaba a romperse por todos sus flancos y que se podía levantar con la mano. En otros municipios se utiliza este tipo de material, pero lo que suele hacerse (lo correcto) es colocar varias capas de éste.

Mayra cuenta que “después de quejarnos y juntar cerca de 1.000 firmas, nos mandaron un inspector que nos confirmó que la obra no es carpeta asfáltica, y que estaba mal hecha. Después, se acercaron funcionarios de la municipalidad, y la respuesta que nos dieron es que se iba a arreglar encima. Nosotros no queríamos eso. Nosotros no queremos que se emparche”.

En esa zona, la otra irregularidad es que la empresa hizo tan mal su trabajo que con la capa de asfalto en frío taparon las tapas de las cloacas.

Luego de las reuniones con los funcionarios del municipio, a los habitantes se les prometió que con los nuevos “arreglos” se pondrían unos “testigos” para que, si ocurre una emergencia, se puedan encontrar las tapas.

Los vecinos de la Rivera, en tanto, han hecho cortes en la calle Iriarte, “también hemos ido a la Delegación para que alguien del municipio nos atienda”.

Y Betina Suaja agrega: “El otro día el Intendente dijo que faltaban poquitas cuadras. Pero acá falta toda la Rivera hasta el fondo. Y en donde hicieron cuadras, solamente pusieron ese mejorado de muy mala calidad. Encima prepararon también otras cuadras y las dejaron abandonadas”.

El municipio comandado por Francisco “El Barba” Gutiérrez tiene largo historial de obras públicas mal hechas, problemas con sus funcionarios y casos de corrupción varios. Desde la Defensoría del Pueblo confirman el dato de que es uno de los distritos que encabeza los reclamos por parte de los vecinos.

Ahora, resta ver qué sucede con los arreglos que les prometieron a los vecinos y qué responsabilidad le cabe a la empresa, que en principio, es la que se encargará de hacer los “parches”.
Autor de Nota: Revista Desafío Económico
CNA

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