jueves, 7 de mayo de 2015

ERAN SECUESTRADORES "CON MUCHA TECNOLOGÍA": ¿EX POLICÍAS?

AGENCIA / POLICIALES

 

Rebagliatti, en una foto familiar anterior a su presentación en la Fiscalía de 3 de Febrero. 

CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24). Daniel Rebagliati, de 53 años y director de la firma Cintra, fue liberado a las 3:10 del miércoles 06/05. 3 horas antes, un familiar suyo, siguiendo instrucciones de los secuestradores, arrojó un bolso con el dinero del rescate cuando la formación 3477 del Ferrocarril San Martín a la que había tenido que subir el pagador cruzaba el paso a nivel situado al costado de la cancha de Estudiantes de Buenos Aires, en Caseros.



Según fuentes de la investigación, la familia del empresario había recibido un llamado de uno de los secuestradores para la entrega del rescate, en pesos a pedido de la familia. En distintos llamados, el delincuente que se comunicaba para la negociación hizo cambiar de dirección al pagador.

Primero, lo hizo pasar por el Obelisco, luego por Recoleta. La última posta era la terminal del Ferrocarril San Martín, Retiro. Le ordenaron que tomara el tren que salía a las 23:30 hacia José C. Paz. Se le indicó que fuera hasta el penúltimo vagón y que luego de que el tren partiera de la estación Santos Lugares y antes de que llegara a Caseros arrojara el bolso con el dinero cuando se lo ordenaran.

El bolso fue atrapado por el cobrador que aparentemente esperaba en una moto. Al cabo de unas 3 horas de angustia e incertidumbre, Rebagliati se comunicó con su familia, avisó que lo habían liberado y pidió que fueran a buscarlo a una remisería del barrio San José.

Rebagliati entró esta mañana de jueves 07/05 acompañado de su esposa y casi corriendo a la fiscalía a cargo de Paulo Stark en Santos Lugares, donde contará cómo fue su secuestro en la localidad bonaerense de El Palomar (Morón) y lo que vivió durante los 8 días que estuvo cautivo y amenazado por una banda de profesionales. "Gracias a Dios estoy bien", fue lo único que le dijo a la prensa.

 El fiscal le había sugerido a Rebagliati que si quería no declarara hoy y que pasara tiempo con su familia, pero el empresario optó por presentarse. El caso llamó la atención por el profesionalismo con el que actuó la banda de secuestradores, quienes se llevaron casi $2 millones por su rescate, pese a que habían pedido inicialmente US$2 millones.

 La víctima es hijo de Jorge Luis Rebagliati, dueño de la empresa Cintra, dedicada a la seguridad ambiental y a cargo de la extracción de residuos del espejo de agua del Riachuelo. Fue interceptado cuando viajaba en su camioneta, despojado de sus cosas y encapuchado.

Allí, comenzaron las llamadas a los familiares y también el desesperante silencio de las negociaciones por el rescate. Rafael de Francesco, apoderado de la empresa familiar, confirmó: "Fueron $1,5 o $2 millones pero ahora es una anécdota. Primero llegaron a pedir US$2 millones, después US$1 millón, llegaron a decir (a la familia) que vendieran la fábrica", relató De Francesco.

 El hombre se mostró sorprendido por el modo "profesional" en que procedieron los delincuentes, que se manejaron con tecnología de avanzada y con movimientos organizados previamente. "Era una banda muy preparada, nos sorprende la logística que tenían".

 Las negociaciones entre los secuestradores y la familia, las encaró el hermano de la víctima, quien llegó hasta la remisería de Almirante Brown donde Rebagliati pidió ayuda tras el pago del rescate y su liberación, donde fue asistido por Teresa, quien describió: "Apareció a 3 cuadras de la agencia donde soy telefonista. Llegó a las 3:10 a la agencia".

 La mujer transmitió que los secuestradores "le sacaron la capucha que tenía y (él) empezó a caminar, dice que no veía nada, que estaba obnubilado", ya que "en todo momento estuvo encapuchado. Dice que lo trataron bien, aunque "obviamente estaba muy nervioso.

De inmediato se comunicó con la familia y después llamó el comisario de Tres de Febrero y a la media hora estuvieron acá 4 patrulleros. Le hice un café porque estaba muerto de frío. Lo único que le sacaron fueron los precintos de las manos", pero lo mantuvieron permanentemente encapuchado.

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