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DE LA REDACCIÓN DE EL LITORAL POLITICA@ELLITORAL.COM
El empresario Lázaro Báez pagó al menos 6,2 millones de dólares a la familia Kirchner, por habitaciones en el hotel Alto Calafate, en sólo tres años, según consta en los convenios confidenciales que entregó a la Administración Federal de Impuestos (Afip).
Así lo informa hoy el diario La Nación, que además reproduce copias de la documentación que prueba esas declaraciones. La investigación del periodista Hugo Alconada Mon sostiene que el empresario K “reconoció ante la Afip lo que en público calla”.
Los convenios presentados ante el organismo recaudador admite el pago de 2.300 días de estadía en habitaciones del lujoso complejo hotelero y dos salones. Numerosas investigaciones periodísticas y testimonios señalan que la mayor parte de ese tiempo, las instalaciones alquiladas no fueron utilizadas.
“Fruto de esa operatoria hotelera, los Kirchner recaudaron por lo menos U$S 4 millones, más otros $ 11,5 millones entre fines de 2008 y mediados de 2013 a través de Hotesur, la firma con que controlan el hotel Alto Calafate, según surge de documentación adicional del grupo de empresas de Báez a la que accedió el diario La Nación.
Es decir, un total cercano a los U$S 6,2 millones según la evolución del tipo de cambio a lo largo de todo ese período”, dice el informe. La operatoria incluye a siete de sus empresas, que exponen una maniobra con dos grandes pasos.
El primero fue que esas compañías firmaran convenios con Valle Mitre, la firma del propio Báez con la que gerenció el Alto Calafate entre 2008 y 2013. Y el segundo paso ocurrió cuando Valle Mitre, con los $ 23,7 millones que le aportaron esas siete empresas, comenzó a justificar los millones que empezó a pagarles a los Kirchner.
TODO EN DÓLARES
Tres días después de que la familia Kirchner tomara el control del Alto Calafate, a través de Hotesur SA, se firmó un contrato de locación con Báez, quien aceptó pagarles U$S 80.000 más IVA por mes, entre noviembre de 2008 y mayo de 2011.
Es decir, cerca de U$S 2,5 millones, más IVA. Con el segundo contrato -“de cesión de explotación”- entre Báez y Hotesur, en tanto, hubo un pago inicial de U$S 100.000 más otros U$S 40.000 por mes, también entre noviembre de 2008 y mayo de 2011. Es decir, otros 1,34 millones de dólares.
Por último, con el tercer contrato “de locación” que reemplazó al primero y rigió entre mayo de 2011 y hasta su rescisión en julio de 2013, los Kirchner y Báez establecieron un canon de $ 408.000 por mes, más un seguro de U$S 5 millones.
Es decir, casi $ 11,5 millones adicionales (cerca de U$S 2,4 millones según la evolución del tipo de cambio), más el seguro.
CONTRATISTA PREFERIDO
“Consciente de la sensibilidad de esa información, Báez buscó que esos convenios se mantuvieran bajo llave cuando se los entregó a la Afip. Trató además de recuperarlos en cuanto resultó posible. Pero igual salieron a la luz. Y exponen nuevas inconsistencias en los negocios hoteleros de los Kirchner con el empresario que recibió al menos $ 8.800 millones de la Nación (en su mayoría con ejecución provincial) en contratos de obra pública durante los últimos 10 años”, señala el informe.
SÓLO 7 PASAJEROS
Cuando el 13 de julio de este año, los efectivos de la Policía Metropolitana ingresaron al hotel Alto Calafate para llevarse la documentación que había solicitado el juez Claudio Bonadio (luego separado de esa causa) se encontraron con apenas siete huéspedes alojados en las 103 habitaciones disponibles.
En Alto Calafate, la comitiva policial fue recibida por Osvaldo Sanfelice (presidente de Idea SA, la empresa que gerencia el hotel desde 2013), y el gerente Oscar Souto. Mientras estuvieron dentro del hotel, los investigadores no se cruzaron con ningún huésped. En las fichas de registros de pasajeros, los policías detectaron que había apenas siete pasajeros, entre azafatas y pilotos de Aerolíneas.
El procedimiento fue una semana antes del comienzo de las vacaciones de invierno, cuando a pesar de la temporada baja la mayoría de los hoteles de El Calafate se suelen llenar de turistas. No es el caso de Alto Calafate.
Tampoco de Los Sauces, donde los policías se encontraron con el hotel cerrado, aunque esa misma mañana se había retirado un pasajero.
La empleada que recibió a los policías, según pudo saber Clarín, explicó que se había tratado de una “excepción”.
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