martes, 18 de octubre de 2011

ECOLOGÍA


Herbicidas, alternativas naturales

Los herbicidas son productos químicos usados para combatir las malas hierbas pero en este artículo veremos sus desventajas y alternativas naturales. 


¿Qué son los herbicidas?

Los herbicidas son sustancias, generalmente químicas, que tienen la capacidad de matar hierbas, tal como indica su raíz latina (herba, hierba, y cida, matador o exterminador)
Su uso fitosanitario es el del exterminio de las plantas adventicias o "malas hierbas, que son aquellas que crecen en nuestro huerto de forma espontánea.
Estas plantas compiten con el cultivo por el agua, los nutrientes y en casos extremos, hasta por la luz del sol. Al estar  adaptadas al terreno suelen ser muy invasivas y más resistentes que las verduras que estemos cultivando.
Además entorpecen enormemente las labores agrícolas, con lo que resulta bastante conveniente su eliminación, si bien esto supone una reducción en la biodiversidad y un desequilibrio para el ecosistema que es nuestro huerto.

Ventajas de los herbicidas

La principal ventaja de los herbicidas es su gran capacidad para exterminar toda vida vegetal de forma fulminante, haciendo patentes sus efectos en 24 horas. A los pocos días las plantas sobre las que ha sido usado habrán muerto.
Al poder ser aplicados con pulverizadores los herbicidas pueden usarse con comodidad y rapidez permitiendo ahorrar muchas horas de trabajo y esfuerzo. En cultivos para comercio la reducción de mano de obra resulta muy necesaria por el escaso rendimiento económico de los productos agrícolas.

Desventajas o problemas que ocasionan

El principal problema de los herbicidas es su toxicidad y su capacidad para destruir los hábitats. La mayoría de los herbicidas han sido creados con fines bélicos, como el famoso "Agente Naranja", con lo que su potencial destructivo es evidente.
La aniquilación de la biodiversidad vegetal del campo elimina también la fauna beneficiosa que habita en las plantas silvestres de nuestros huertos. Sin esta fauna auxiliar nuestros cultivos están a merced de las plagas que camparán a sus anchas sin sus enemigos naturales.
También resulta toxico para personas, pero solo se han detectado problemas en agricultores que lo utilizan abundantemente y sin la debida protección, ya que para verse afectado es necesaria una fuerte exposición al compuesto.
Por otra parte, si los herbicidas no se aplican correctamente pueden dañar al cultivo, ya que no suelen ser específicos y pueden destruir tanto las malas hierbas como, por ejemplo, nuestras preciosas tomateras, sin hacer distinciones.

Alternativas naturales a los herbicidas

La alternativa más común a los herbicidas es la eliminación mecánica. Tradicionalmente se ha realizado con aperos manuales, como azadas o escardas, lo que supone un trabajo lento y pesado. Poco a poco estas herramientas van siendo sustituidas por desbrozadoras motorizadas o tractores que facilitan enormemente la labor.
Existen también herbicidas de origen natural que, pese a no resultar contaminantes, también rompen el equilibrio necesario en un ecosistema sano al eliminar la diversidad vegetal.
En agricultura ecológica es común el uso de cubiertas vegetales, que competirán con las malas hierbas por el uso del suelo. Esta técnica consiste en sembrar diferentes especies, especialmente leguminosas y cespitosas, que cumplirán valiosas funciones en el ecosistema de nuestro huerto.
Debemos sembrar especies cespitosas como el Lolium sp. ya que actuarán tapizando el suelo como un césped, dificultando el crecimiento de malas hierbas al competir con ellas por los recursos.
También es necesario sembrar especies leguminosas, como la alfalfa (Medicago sativa) o el trébol blanco (Trifolium repens). Las plantas leguminosas tienen la capacidad única de fijar el nitrógeno atmosférico al suelo, aportando a nuestras plantas un valioso nutriente.
Además de todo esto, el aumento de la diversidad de plantas favorecerá la proliferación de fauna auxiliar, que actuará como depredador contra nuestras plagas, protegiendo el huerto de una forma natural.

Conclusión

Por tanto, la mejor forma de mantenernos a salvo de las malas hierbas, sin producir desequilibrios en el ecosistema de nuestro huerto con los típicos herbicidas, es realizar una siembra de cobertura vegetal y controlarla mediante desbroce, si prolifera excesivamente.
Antonio Pérez Ramada
Licenciado en Ciencias Ambientales y agricultor

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