lunes, 20 de abril de 2015

INEVITABLE PRESIÓN REFORZADA PARA QUE MASSA ACUERDE CON MACRI

CLAVES / OPINIÓN 


 Por EDGAR MAINHARD 

CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24). Si bien mucho fue cuestionado dentro del PRO el trabajo de Emilio Monzó como armador nacional del partido de Mauricio Macri, está logrando presionar, y en forma creciente, al Frente Renovador para que decline su ambición nacional, permitiéndole liderar a la oposición contra el Frente para la Victoria.



Del lado de Sergio Massa, el debate que existe se refiere a si no dilapidó el reciente año y medio, cuando emergió como el ganador de los comicios de renovación legislativa de 2013, y no se lanzó a concretar un armado nacional sino a 'gastar a cuenta'.

Hoy día, la sociedad que no desea la continuidad del Frente para la Victoria en el poder, comienza a preocuparse porque el FpV luce recuperado en muchas encuestas de tendencias de opinión pública, y hasta se sospecha que puede o ganar en 1ra. vuelta o disputar con posibilidades una 2da. vuelta, a menos que prevalezca una fuerte polarización acerca de los Kirchner, que es la forma de derrotarlo.

Pero en esa polarización, continúa ese discurso, no pueden competir entre sí 2 o 3 opositores sino que hay que consolidar una oposición amplia y vigorosa. Resulta inevitable que en las PASO nacionales previstas para agosto, el choque entre Sergio Massa y Mauricio Macri será la cuestión central, mucho más importante que las cuestiones que competen al FpV.

Hay una evidente intención del PRO de anticipar la resolución del conflicto por un sencillo motivo: en un esquema de distrito nacional único, Provincia de Buenos Aires, que es el talón de Aquiles del PRO, tiene un valor cuantitativo enorme, en el que se apoya el Frente Renovador, que también opina que habrá una 2da. vuelta contra los K/Scioli y quiere participar de la competencia.

Esto quiere decir que Macri & Massa o Massa & Macri (Horacio Verbitsky, en el diario Página/12, los bautizo, desde el punto de vista hiper K, "Ma-Ma Mía!") coinciden en que la oposición tiene que reducir su oferta electoral, y fortalecerse limando asperezas y candidatos porque se gana en la polarización.

Con su estúpido texto acerca del fiscal Alberto Nisman, la AMIA y los 'fondos buitres', la Presidente de la Nación ratificó durante el fin de semana sus enormes posibilidades de destruir la labor de Daniel Scioli, provocando precisamente esa polarización en la que el Frente para la Victoria tiene más para perder que para ganar.

Cristina Fernández de Kirchner gobierna, habla, escribe y gesticula para una minoría, bastante inferior al 30% que se le atribuye a ella de imagen positiva, que le tolera y hasta celebra cualquiera de sus tonterías que han provocado que la Argentina casi resulte un paria en el Hemisferio Occidental, y que padece una estanflación que no se superará mientras gobiernen los K.

Es más: si se consolidara la idea de que los K permanecerán más allá del 10/12, el 'veranito' de la economía -provocado por la sospecha que los K no permanecerán- acabaría en forma estrepitosa. Por lo tanto, para muchos de los llamados 'factores de poder', la cuestión a dirimir entre Macri y Massa es cuándo y en qué condiciones puede concretarse esa confluencia entre sus fuerzas político-electorales. Massa intentará estirar todo lo posible el plazo, esperando que los comicios en Provincia de Buenos Aires recuperen la confianza en su precandidatura, y tendrá que acelerar su búsqueda de respaldos en el peronismo de José Manuel De la Sota, Adolfo Rodríguez Saá y otros.

Macri, en tanto, debe acelerar la presión en el corto plazo, y cuenta con ello con un aceptable respaldo mediático. De todos modos, es concreto que en la Argentina hay 5 grandes distritos electorales que definen el comicio: Provincia de Buenos Aires, Córdoba, Santa Fe, Ciudad de Buenos Aires y Mendoza.

l domingo 19/04 quedó en evidencia que el PRO se encuentra mejor que el Frente Renovador en Santa Fe y Mendoza. Ahora llegan los exámenes electorales en Ciudad de Buenos Aires y Córdoba.

Es conocido que Macri realizó una insólita, inútil e inexplicable definición personal previa: respaldar a Horacio Rodríguez Larreta y subestimar a Gabriela Michetti, quien le acompañó en numerosos triunfos electorales pasados. Si Macri se hubiera mantenido equidistante, sería una fiesta del PRO en su bastión territorial, subiendo otro escalón en su competencia contra Massa. Pero ahora el asunto es bastante más complejo, aún cuando Michetti ha jurado mantenerse dentro del PRO, cualquiera sea el resultado.

Si el apoyo de Macri no le permite a Rodríguez Larreta despegar de Michetti en el resultado, Macri tiene un problema por culpa de Macri, no de Michetti, del que sólo puede salir con la complicidad de Michetti. Es de esperar que Macri tenga la prudencia de velar para que su gurú Jaime Durán Barba no aparezca en escena en los próximos días...

Por lo demás, en Ciudad de Buenos Aires el Frente Renovador no consolidó ninguna fuerza competitiva. Tomás Bulat, antes de fallecer, había rechazado ya representar a Massa, y Guillermo Nielsen ha realizado un sacrificio extraordinario, conociendo las limitaciones.

Se conoce que Massa nunca pudo convencer a Roberto Lavagna de representarlo en el distrito, y además él nunca frecuentó las calles porteñas con la intensidad que exigía el desafío. Es como si Massa hubiera reconocido siempre que Ciudad de Buenos Aires sólo lo obtendría en un acuerdo con Macri, de igual forma a que pareciera que Macri ha aceptado siempre que Provincia de Buenos Aires será conquistada a partir de un acuerdo con Massa.

Pero, y siempre hay un pero, Macri y Massa se encuentran muy enemistados, casi tanto como Macri y Francisco de Narváez, consecuencia de supuestas promesas incumplidas luego del triunfo de 2013 aunque Massa siempre repite que a Guillermo Montenegro no lo bajó él de aquella lista, sino alguien del PRO muy cercano a Macri.

De todos modos, no es Montenegro el motivo de la diferencia sino sólo un cotillón del diferendo. En cuanto a Córdoba, ni Macri ni Massa tienen posiciones personales fuertes.

- Macri depende de que la UCR cumpla el acuerdo de Gualeguaychú.

- Massa depende de recuperar el acuerdo con De la Sota (¡cuánto tiempo perdió el de Tigre! De la Sota estaba en su red de contactos apenas bajó el gobernador cordobés de la de Macri, a la que se subió cuando había fracasado su diálogo con Scioli.

Casi a Massa le ocurrió con De la Sota un traspié similar al que sufrió con Carlos Reutemann...). Será fundamental la lectura que se realice de los resultados electorales en Ciudad de Buenos Aires y Córdoba, y cómo exhibe cada uno, por anticipado, su fortaleza en Provincia de Buenos Aires.

¿Una gran PASO unificada en el territorio bonaerense? Por lo pronto, no sólo se precisa de creatividad sino también de decisión política y de reducir el tamaño voluminoso del ego de cada uno. Pero la fortaleza que dicen que luce Scioli condiciona a ambos, y eso parece definitivo.

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