miércoles, 1 de febrero de 2012

INTERNET

QUIMÉRICO
Conozca las alternativas legales que podrían surgir del fracaso de SOPA

Como cuando una banda teen pop se separa y dispara al mercado 5 solistas tan aborrecibles como el conjunto inicial, la fracasada iniciativa de SOPA y PIPA en USA podría alumbrar sus propios vástagos como OSCRA (para regular el software libre), LORA (de regulación del lenguaje) o IPPA, que directamente limita la emisión de ideas. Las perspectivas, numeradas en la revista Wired con un tono de broma, podrían volverse más reales si iniciativas como SOPA avanzan en el Congreso de USA. 


 AGENCIA/CIUDAD DE BUENOS AIRES (Urgente24) - Con la victoria sobre SOPA y PIPA aún fresca en la mesa de los hacktivistas (el Congreso de USA debió posponer indefinidamente su votación luego de las masivas protestas), Lore Sjöberg, desde el sitio Wired, enumera en tono de sorna una serie de leyes alternativas que podrían surgir a raíz del fallo de la iniciativa

OSCRA (Open Source Copyright Reallocation Act; Ley de Reasignacion de Derechos de Autor de Código Abierto)

Hasta ahora se ha creído que el espíritu open source es una buena y efectiva manera de darle la vuelta al copyright y conjurar la codicia de quienes creen en la propiedad intelectual. Sin embargo, de aprobarse la OSCRA, los derechos de autor de un bien inmaterial registrado como código abierto pasarían automáticamente a aquella persona o institución que comenzara a lucrar con este.

LORA (Lexicon Official Registration Act; Ley de Registro de Lenguaje Oficial)

Como si se tratase de una medida sacada de una ficción distópica y totalitaria, la LORA volvería legal que una entidad registre como propias determinadas palabras y se arrogue el derecho de reclamar a quien las use sin los permisos correspondientes. Una medida tan perversamente descabellada que incluso resulta ridículo, ominosamente ridículo, imaginar un ejemplo.

IPPA (Idea Presumption Prevention Act; Ley Preventiva contra la Presunción de una Idea)

Para continuar en el mundo según lo imaginó Orwell en 1984, ahora pensemos en una supraentidad burocrática que regule los pensamientos de una persona, que los someta a una valoración y dictamine si estos pueden o no realizarse.

Eso es lo que haría la IPPA: antes de echar a andar una idea, la persona que la tuvo debería registrarla, darla a conocer y ponerla a consideración de un comité integrado por representantes de corporaciones que, después de examinarla, podrán elegir entre comprar la idea a un precio “justo” y adquirir así el derecho a explotar sus beneficios entre los consumidores o simplemente enterrarla entre millones de archivos evitando el día en que alguien más le encuentre el valor que ellos no vieron.

PIPAPAPIPAPA (Prevent Intellectual Property Annihilation and Prohibit Anti-Possessive Internet Proclamations Always, Please Act; Ley Suplicante de Prevención contra la Aniquilación de la Propiedad Inteelctual y Prohibición Permanente de Proclamaciones de Anti-Propiedad en Internet)

En franco delirio legaloide, la PIPAPAPIPAPA cortaría de raíz este problema (y quizá, potencialmente, todos los problemas) penalizando cualquier movimiento de disidencia en Internet que busque mayor flexibilidad en las leyes sobre propiedad intelectual: desde un movimiento bien organizado hasta una simple queja expresada en solitario contra el Gran Regulador de Contenidos en Internet.

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