lunes, 6 de junio de 2011

LA ARGENTINA DE HOY


Los jóvenes y la inserción laboral, un problema que crece

El gobierno nacional manejan­do desde su asunción, un discurso productivista e industrialista, que habla de inclusión y de un país para todos, pero la realidad no hace más que pegarle cachetadas a la visión oficial. El panorama de los jóvenes en el mercado laboral argentino y razones que llevan a que la inserción sea uno de los principales problemas para la juventud actual


La Argentina de hoy muestra grandes niveles de desigualdad, que quedan claros en cualquier sector de la actividad nacional. El del empleo es uno de ellos, sobre todo en lo que tiene que ver en la posibilidad de ingreso al mismo por parte de los jóvenes, y en la enorme diferencia que hay entre aquellos que los tienen y quienes no.

El mercado laboral en nuestro país, luego de la década del ’90, quedó en un estado tal de precariedad que le costará mucho a la Argentina sacar adelante, porque el neoliberalismo instaló un modelo de desprestigio y descrédito del trabajo, desvirtuando el rol del trabajador como uno de los seres fundamentales para el crecimiento de un país.
 
Aquellos que ya peinan varias canas, no pueden creer el estado actual en el que se encuentra la Argentina , sobre todo teniendo en cuenta que hace unas décadas atrás era un país cargado de fábricas rebosantes de producción, con pleno empleo y que era el ejemplo a imitar por el resto de los países de la región. Hoy en día, lo único que se ve en tierras argentinas, son empresas con las persianas bajas, con las puertas cerradas, y una producción nacional cada día que pasa más agonizante, poniendo en riesgo la capacidad productiva de nuestro país.
 
Un estudio realizado por el  CENDA (Centro de Estudios para el Desarrollo Argentino) y FIEL (Fundación de Investigaciones Económicas Latinoamericanas), en base a datos brindados por el propio Indec (Instituto Nacional de Estadísticas Y Censos), muestra la creciente precariedad laboral que existe entre los jóvenes de 14 a 25 años, siendo los más perjudicados por un sistema perverso que excluye en vez de incluir.
 
El tema de los jóvenes y su primer empleo es algo que preocupa en demasía a las autoridades oficiales, ya que están convencidos que habilitar las condiciones para un primer trabajo digno es una de las deudas que tiene el kirchnerismo, y sería un paso para dar un salto cualitativo hacia una mayor igualdad y prosperidad para la sociedad argentina.
 
Según datos brindados por el CENDA y FIEL en base a las estadísticas del organismo público, se destila que en nuestro país hay hoy en día 2.618.560 personas con problemas de empleo y con serias dificultades para la inserción laboral, de los cuales el 34,5 por ciento, es decir, 992.000 personas, son jóvenes de entre 14 a 25 años.
 
Esta realidad, sumamente preocupante si se quiere pensar en un país para muchos y no para unos pocos privilegiados, es por ahora negada en forma sistemática por el gobierno nacional, que se encarga de difundir datos y números favorables a su modelo económico que puedan favorecerlos en su relación con la sociedad.
 
Resulta paradójico también que sea la juventud, donde el kirchnerismo ha tenido una fuerte introducción política del 2003 a la fecha, sobre todo a través de agrupaciones estudiantiles y juveniles como La Cámpora , el sector más perjudicado por las políticas oficiales. Que sean 992.000 los chicos que no estudian ni trabajan, de los cuales el 44,2$ son pobres y el 17,6% indigentes, es más que contradictorio para un gobierno que gusta autodenominarse como “progresista”.
 
El estudio de las consultoras privadas reveló también que más de 500 mil jóvenes están desocupados, y que casi uno de cada diez jóvenes estudia pero cursa con rezago, y un 3,9 por ciento tiene empleo pero por menos de 35 horas semanales. La informalidad es quizás el aspecto que más afecta entre los jóvenes asalariados, ya que el 62 por ciento de los jóvenes trabaja en condiciones ilegales.
 
Algunos datos más sirven para graficar más claramente esta situación, como por ejemplo que el 15 por ciento es el desempleo previsto para este año para el segmento juvenil según la OIT (Organización Internacional del Trabajo); estudios privados afirman que el 81% de los jóvenes no tiene cobertura de salud; el 70% de los menores de 25 años que ingresan al mundo laboral lo hacen en forma irregular; y que al 83% de los jóvenes no le hacen descuentos jubilatorios en su primer trabajo; resaltando aún más la precariedad laboral en el mercado juvenil.
 
Así se encuentra hoy en día la oferta laboral en la juventud argentina, totalmente debilitado a pesar del crecimiento económico manifiesto que viene teniendo el país en los últimos años, atacando directamente las oportunidades para entrar al mercado laboral y el ingreso de los jóvenes al mundo del trabajo.
 
Un problema que crece, sin que todavía se puedan advertir medidas profundas para evitar una situación, que de seguir de la misma manera que hasta el día de hoy, se tornará más que agobiante para la juventud de cara al futuro, haciendo crecer el pesimismo y la incertidumbre tanto en el corto como en el mediano plazo.
 
De no producirse cambios rápidos y certeros en este ámbito, los jóvenes en nuestro país tardarán cada día más en encontrar un trabajo que les proporcione un futuro digno para ellos y sus familias, y los logros conseguidos durante décadas en este tema, se terminarán tirando por la borda por la incapacidad de quienes nos dirigen de encontrar soluciones viables para el mismo.
 
No ir a la raíz y el núcleo central del problema, por la salud de los que habitan este suelo, y para que generaciones venideras tengan un futuro plagado de certidumbre, es lo que deben hacer fundamentalmente los "representantes" que elegimos con nuestro voto, y a partir de ahí empezar a hacer una Argentina para muchos, sin pobreza, sin exclusión, sin marginación y sin necesidades de cualquier tipo.
CNA

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