viernes, 10 de junio de 2011

INTERNACIONALES: PROTESTA & REPRESALIA

Italia retira su embajador de Brasil por la libertad de Battisti

Italia llamó el viernes 10/06 "para consultas" a su embajador en Brasil, después de que el Superior Tribunal  de Justicia brasileño se rehusó a extraditar a un ex guerrillero izquierdista italiano condenado por 4 asesinatos, hoy autor de novelas policiales.
La decisión del Supremo Tribunal de Justicia de Brasil de ratificar la negativa de quien era en ese momento Presidente de Brasil (Luiz Inácio Lula da Silva) a extraditar a Cesare Battisti, tensó las relaciones entre ambos países.

Funcionarios italianos, incluyendo al presidente Giorgio Napolitano, condenaron la decisión judicial brasileña como una violación de los acuerdos internacionales.
 
El Ministerio de Relaciones Exteriores informó el viernes 10/06 en un comunicado que había convocado (una forma sutil de retirar por un tiempo) a su embajador para "discutir acuerdos judiciales bilaterales entre ambos países", con el objetivo de tomar acciones internaciones para revertir la decisión. Obviamente es una forma pública de protesta.
 
Italia afirmó que quiere llevar el caso a la Corte Internacional de Justicia en La Haya.
 
"Lo que no hemos logrado a través de la ruta judicial nacional lo podemos lograr a través de la ruta judicial internacional", dijo el ministro de Relaciones Exteriores, Franco Frattini.
 
Battisti escapó de una prisión italiana en 1981 y vivió en Francia durante varios años, pero huyó cuando París aprobó su extradición en 2006. Fue arrestado en Brasil en 2007.
 
El ex guerrillero enfrenta una sentencia de cadena perpetua en Italia, donde fue condenado por cuatro asesinatos durante los llamados "años de plomo" en la década de 1970, cuando Italia estaba bajo asalto de grupos extremistas. Battisti pertenecía a un grupo llamado Proletarios Armados por el Comunismo, vinculado a las Brigadas Rojas.
 
El Gobierno italiano invirtió mucho tiempo y prestigio en el proceso de extradición y la decisión de la Corte brasileña fue un duro golpe.
 
Frattini lo calificó como "un golpe en la cara de todo el mundo democrático que lucha contra el terrorismo", diciendo que era "vergonzoso" que Battisti ahora pueda estar broncéandose en una playa de Brasil.
 
El presidente italiano, Giorgio Napolitano, que rara vez interviene en asuntos internacionales, emitió un comunicado deplorando la decisión como una "grave herida" en las relaciones con Brasil, diciendo que apoyaría cualquier acción para llevar a Battisti a la justicia.
 
Familiares de las víctimas expresaron su malestar, mientras algunos políticos pidieron un boicot a los bienes brasileños.
 
El viernes se congregaron varios manifestantes fuera de la embajada brasileña en Roma, con carteles que decían "Battisti es un asesino" y "A la cárcel".
 
Lula da Silva había basado su decisión en concederle estatus de refugiado a Battisti -contradiciendo un fallo previo de la Justicia brasileña-, con el argumento de que podía Battisti no gozaba en Italia de una garantía de juicio justo, una posición que Roma rechazó.

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