Elecciones (1): Humala ganó en Perú, según bocas de urna
Miles de seguidores de Ollanta Humala han comenzado a inundar la plaza 2 de Mayo, de Lima, Perú. En ese escenario el nacionalista peruano cerró su campaña el pasado jueves. En otras zonas del país, como Arequipa, la llegada de los humalistas a los centros de reunión está siendo masiva.
El candidato nacionalista Ollanta Humala cuenta con una ventaja de 5 puntos en la carrera por la presidencia de Perú, según los primeros sondeos a pie de urna.
Los datos dan al aspirante de Gana Perú el 52,6% de los votos frente al 47,4% que le otorgan a la populista Keiko Fujimori de Fuerza 2011.
Los sondeos daban como ganador a Ollanta Humala tras la primera vuelta, pero luego fue cayendo. Sin embargo, esta última semana empezó a subir nuevamente y retomó el primer lugar.
En 2006, Humala perdió en 2da. vuelta frente al actual presidente Alan García. 5 años después, y siempre según los resultados a boca de urna, ha logrado hacerse de la preferencia mayoritaria de los peruanos.
Aunque hay más de 5 puntos de diferencia, la encuesta tiene un margen de error de 3 puntos porcentuales arriba y abajo.
Ante una elección tan reñida y con tantos votos indecisos en juego, aún es imposible aventurar cuál de los 2 va a convertirse en el próximo gobernante, el 101 en la historia del país desde su independencia en 1821.
En el local de campaña del candidato nacionalista, su equipo de asesores ya ha comenzado a festejar la previsible victoria con lemas como "Sí se pudo, sí se pudo", y "Ollanta Presidente".
Las empresas Ipsos-Apoyo, CPI y Datum, que ofrecen sus resultados en 2 canales distintos de televisión, coinciden en la victoria de Humala con más del 52% de los votos, aunque los organismos oficiales han insistido en que hay que esperar a los resultados del Organismo Nacional de Procesos Electorales.
Los votantes indecisos le habrían dado una ligera ventaja a Humala por sobre Keiko Fujimori.
En cualquier caso, todo apunta a que quien se alce con la victoria lo hará por un puñado de votos.
La elección entre el horror del pasado y el temor al futuro es una dura prueba para Perú y para toda Latinoamérica.
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