martes, 7 de junio de 2011

PREOCUPACIÓN SOCIAL



Alimentos caros, la turbación de los argentinos

Un estudio realizado por la Universidad Católica Argentina, revela que para el 42 por ciento de los argentinos les preocupa el ritmo que viene teniendo el aumento en los precios de los alimentos. Por qué la economía sigue al tope de los problemas de la sociedad, y los números que desvelan al gobierno nacional

 cna
La economía ocupa la atención de la sociedad en su conjunto, convirtiéndose en el principal problema para la inmensa mayoría de los argentinos, que desde hace bastante tiempo la ubica al tope de sus preocupaciones según todos los sondeos de opinión.

 
La cada vez mayor desigualdad entre los que más tienen y los que menos tienen, con las consecuentes injusticias sociales que ello acarrea, ha convertido a la Argentina en un país donde unos pocos viven bien, mientras el resto apenas subsiste tratando de encontrar lo mínimo indispensable para persistir en un sistema que cada día lo deja un poquito más afuera del mismo.
 
Desde la Agencia de Noticias CNA se ha venido manifestando que no hay sólo un factor que sea determinante en el aumento de los problemas económicos en la consideración popular, sino que son muchas cosas las que contribuyen a que los mismos aumenten en vez de descender, y todas ellas pasan por la situación de extrema pobreza, miseria y marginalidad a la que se ha sumergido a buena parte de la población desde hace varias décadas, sobre todo con la implementación de las políticas neoliberales de los ’90
 
Un sondeo efectuado por la Universidad Católica Argentina (UCA), reveló que el aumento que vienen teniendo los precios de los alimentos en el último tiempo, es la principal preocupación económica que tienen los argentinos de aquí a seis meses, lo que resulta alarmante para el oficialismo, teniendo en cuenta que las elecciones son en poco más de 130 días.
 
El relevamiento de la alta casa de estudios señala que para el 42% de los sondeados la preocupación central es el rumbo del valor de los alimentos, que a pesar de la negación oficial a través de los índices de inflación que se dan a conocer a través del Indec (Instituto Nacional de Estadísticas y Censos), la gente percibe otra sensación cuando va a realizar sus compras al almacén o supermercado.
 
A esta inquietud, le sigue el temor a perder el trabajo con el 19 por ciento de las menciones. Después viene con el 11% los problemas vinculados con los gastos en salud, el costo de los servicios se lleva el 9%, la deuda externa con el 6%, los precios de los alquileres el 4% y los gastos en Educación con el 4%.

Uno de los datos salientes del estudio llevado adelante por la UCA , es el nerviosismo que hay por el precio de los alimentos, ya que en la medición de la universidad hecha en el año 2009 la atención por esta cuestión alcanzaba al 24% de los consultados, en 2010 aumentaba al 34%, y este año ya creció al 42% de los casos.

Otro de los indicadores que deja la encuesta, es que el precio de la canasta alimentaria es la principal preocupación de todos los segmentos sociodemográficos relevados, pero registra una incidencia mayor en los estratos de menor poder adquisitivo donde alcanzó al 47%, frente a un 35% en las clase alta y media alta.

Asimismo, entre los entrevistados mayores de 65 años, crece la preocupación de los gastos en salud (33%) donde ocupa el segundo lugar luego de los alimentos. La encuesta reveló también una mejora en las expectativas económicas.

La incapacidad de los dirigentes de la “cosa publica” para solucionar en conjunto la búsqueda del bien común como reza el precepto máximo de la definición de la “política”, está provocando que quede cada vez más expuesto a la intemperie lo nefasto del mal llamado “modelo económico”, no haciéndose hincapié en que el verdadero perjuicio no esta en el cambio de “modelo” sino en el cambio de “sistema económico”.
 
La pobreza y la inequidad son la consecuencia de un modelo que no hace una distribución equitativa de la riqueza. Hay que controlar la inflación, que daña a los sectores pobres, pero sin caer en el ajuste; respetar y hacer respetar las leyes, y fomentar, mediante el ejemplo ético y moral, un cambio cultural para que los argentinos sean, de una buena vez, honestos.
 
Más allá de las chicanas de ocasión de echar culpas por el aumento de precios, todo el mundo sabe donde se está parado el problema radica en elegir para donde ir, si se opta por un modelo económico nuevo se estará eligiendo por más parches y no ir en la búsqueda de una solución definitiva que sería cambiando el sistema económico.
 
La negación de la inflación y atacar a ciertos sectores como justificativo son sólo un ganar tiempo por parte del oficialismo sin darse cuenta tampoco que es rehén del propio Frankenstein en que se convirtió el modelo económico que trajo aparejado el desbocamiento de la pobreza.
 

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